Por más que yo pueda prever un evento desafortunado en las Previsiones Astrológicas y en las Revoluciones Solares que hago anualmente, algunos acontecimientos que la vida me propone acaban por sorprenderme, por pillarme sin estar preparada. No sé si eso ocurre también porque yo soy una optimista nata y tiendo a interpretar positivamente incluso las configuraciones más difíciles, pero esta vez la sorpresa ha sido muy mala.
Lo explico: ¡en abril pasado descubrí un tumor en mi seno derecho! ¡Es bien cierto que mi Revolución Solar de 2018 (¡cumplo años el 29 de febrero!) me había preocupado, pues presentaba dos configuraciones difíciles. La primera era la Luna en Leo en la Casa VIII y la segunda era Marte en Sagitario en la Casa XII. Sabiendo que la Casa VIII es la Casa de la Muerte me preocupé por alguna muerte que podría producirse en mi familia. Las Casas VII y VIII anuales estaban en Cáncer, por tanto, regidas por la Luna. En Astrología, la Luna rige todo el aparato reproductor de la mujer, útero, ovarios y senos. Pero yo pensé que eso significaría una “muerte en la familia”.
De hecho, ya al comienzo del año recibí la noticia de que una prima italiana había fallecido tras larga enfermedad: cáncer de mama. Hice la analogía, sin embargo una señal de alerta se encendió en mi cabeza.
Tengo la costumbre de considerar y analizar siempre las señales que Dios me envía.
Concerté cita para consulta con un especialista, hice mamografía y ultrasonido y allí estaban pequeños nódulos sospechosos. La biopsia lo confirmó: varios pequeños nódulos malignos. ¡Fue un choque! Yo siempre he gozado de una salud estupenda, no padezco ninguna enfermedad crónica y pese a mi “veneranda edad” no me quejo de dolores o enfermedades crónicas. ¿Cómo ha podido pasar eso? Ante una noticia así, me sentí incrédula y pedí socorro a familiares y amigos. Naturalmente, inclinada a terapias alternativas, llamadas también integrativas, como acupuntura, homeopatía, florales, reiki, meditación, alimentación natural, etc., etc., corrí primeramente a un naturópata, que me ayudó bastante, aliviando dolores físicos y mentales. Sin embargo, tras haber oído consejos y relatos de amigas y de haber consultado a la familia, decidí que yo necesitaría seguir además el camino de la medicina tradicional.
Confieso que dudé bastante, pero la razón me decía: ¡haz todo cuanto esté a tu alcance! Medicina alopática, homeopática, nutrición, ejercicios, acupuntura, florales, y además cirugía espiritual: ¡todo lo que Dios pone a nuestra disposición tiene que ser utilizado! Y eso es lo que he decidido. Por otra parte, continué desmenuzando y analizando mi mapa y, sobre todo, siguiendo el camino sugerido por mi Revolución Solar, porque en ella es posible acompañar el desarrollo de nuestro año astrológico a lo largo de los meses e interpretar las sugerencias del cielo. ¡Podemos prepararnos para los acontecimientos! De hecho, cuando el Ascendente progresado de la R.S. alcanzó a Urano (aún en Aries) fui a someterme a interminables exámenes para mapear todo mi cuerpo, que gracias a Dios está libre de metástasis. ¡Fue maratoniano, creedme!
Quiero poner de manifiesto que por tercer año consecutivo tengo a Neptuno en conjunción con mi Sol en Piscis, lo cual por sí solo ya es indicio de gran sufrimiento, de internamientos, visitas médicas, etc., etc. De hecho, hace tres años perdí a mi amada hermana, tras un largo internamiento y una prolongada agonía que me había hecho sufrir muchísimo. Consecuentemente, tuve un estrés postraumático no debidamente superado. Desde el punto de vista físico yo soporto bien el sufrimiento, y procuro comprender lo que Dios quiere enseñarme. Desde el punto de vista emocional, acudí a una querida colega astróloga (Elizabeth Nakata) para una constelación familiar que me ayudó mucho en el proceso del análisis subjetivo de los bloqueos familiares y de la superación de traumas del pasado. Hay otro hecho que debe ser resaltado: Venus, un planeta considerado benéfico, ¡es uno de los agentes de tumores! Y yo tengo a Venus en el Ascendente en Acuario y en la R.S. él estaba en la XII en Tauro. ¡Incluso pensé hacerme un análisis de tiroides!
Bien, querido lector, ¿por qué estoy compartiendo esto? ¡No es para daros pena, sino para fortalecerme con las experiencias que vosotros podéis ofrecerme! Cuanto más charlo con las personas, tanto más percibo cuán difundido está ese mal! Y percibo también que en las historias de superación que escucho yo me fortalezco, adquiero determinación y alimento mi fe en la curación. La andadura es ardua. Tu experiencia también puede ser útil para que yo, que amo y estudio Astromedicina desde hace algunos años, pueda añadir conocimiento a mi experiencia como astróloga, de manera que pueda alertar a mis clientes en el futuro.
Entonces, querido amigo y querida amiga ¿quieres compartir conmigo tu experiencia? ¡Envíame un e-mail (por favor, no un whatsapp) y cuéntame lo tuyo, envíame tu fecha de nacimiento, para que yo pueda examinar tu mapa y hacer de ese conocimiento un motivo para debate en congresos y reuniones de Astrología! Yo estoy soportando bien la quimio y continúo aquí, trabajando, atendiendo y agradeciendo a Dios por la experiencia de vida que esa enfermedad me está proponiendo. ¡Os deseo una semana llena de Luz Divina!
Novedad: consulta de Tarot por teléfono: 15 minutos para una pregunta puntual; media hora para una visión generalizada; una hora para una visión más amplia ¡en todas las áreas de tu vida! Pregúntame cómo: whatsapp: 55 11:96205-1010
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Publicado por Graziella Marraccini
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