Dije “puedo” y no “debo”, porque en la palabra puedo existe la misma raíz de posibilidad y en la palabra debo existe la raíz del deber. Generalmente, cuando tenemos un problema difícil para resolver, consideramos que estamos ante un “castigo del cielo” o sea, de una cosa de la cual no tenemos responsabilidad. Si pensamos de esa forma, ese castigo del cielo nos parecerá ciertamente muy difícil de superar, porque vamos a encarar el reto como un fardo, una obligación.
Es bien cierto que todos los retos a que nos enfrentamos forman parte de nuestras decisiones anteriores, o sea, de aquello que la Ley de Causa y Efecto ha preparado para nosotros. Sin embargo, como no siempre logramos establecer directamente esa relación, pues un acontecimiento negativo puede ser proveniente de encarnaciones precedentes, si no estamos en el camino del conocimiento espiritual tenderemos a considerarlo casi siempre como un castigo. Por el contrario, si la consecuencia de una elección errónea provoca un acontecimiento negativo inmediato, podremos más fácilmente establecer esa relación y encararlo como una posibilidad de aprendizaje.
En realidad, no hay diferencia entre un acontecimiento derivado de un karma pasado, y otro resultante de una elección equivocada. Sin embargo, muchos clientes me preguntan: “Si no me acuerdo de lo que hice mal en otra encarnación, ¿cómo podría corregir mi karma?” Cuando examinamos un Mapa Natal, desde el punto de vista kármico o cabalístico, podemos percibir claramente las correcciones que tendremos que hacer en esta encarnación. Hay varios factores que pueden ayudar al astrólogo en este análisis. ¡Sin embargo, yo percibo que no todos encaran esas correcciones karmáticas como posibilidades de evolución espiritual! Una actitud más abierta y flexible, más resiliente, puede ciertamente ayudar a esa comprensión.
La posibilidad de aprender modifica profundamente el resultado de la acción, aumenta nuestro Libre Albedrío. Personas de signos Fijos (Tauro, Leo, Escorpio y Acuario) tienen más dificultad para ser resilientes. Las más maleables son ciertamente las de signos Mutables (Géminis, Virgo, Sagitario y Piscis). Las más valientes pueden pertenecer al elemento Fuego, y las más resistentes al elemento Tierra. Pero esto es tan sólo un indicativo. ¡Cada mapa es un mapa! Cada persona es única. ¡No existen dos mapas igualitos, ni siquiera en unos gemelos!
En fin, lo que quiero decir es que estoy teniendo la posibilidad de aprender algo importante con esa dolencia que ha aparecido en mi cuerpo. En un libro que me encanta, titulado “Dime dónde te duele y te diré por qué” de Michael Odoul, viene una descripción abarcadora y detallada de las correlaciones entre las enfermedades y los aspectos psicosomáticos derivados del desequilibrio emocional. Ese libro está basado en la medicina china y no habla de reencarnación, habla de energía vital. Pero nosotros, los que buscamos el Conocimiento, sabemos que al elegir un determinado momento astrológico para nacer lo hacemos para permitir que nuestro espíritu haga uso de una configuración energética específica que le será útil en su andadura evolutiva en nuestro planeta.
Uno de los planetas más karmáticos es ciertamente Saturno, llamado también Señor del Karma. Él es el último planeta visible a simple vista, y según los cabalistas, esto ocurre porque por el momento la humanidad está prisionera en este planeta de expiación llamado Tierra. Al progresar espiritualmente, la humanidad podrá alcanzar visualmente a los demás planetas del sistema solar, primeramente Urano, y después Neptuno y Plutón, y todavía más allá de ese último pequeño planeta. La Consciencia Cósmica de la Humanidad llegará a expandirse primeramente hasta Urano, considerado la octava superior de Mercurio, y entonces podremos desarrollar la telepatía, el tele-transporte, la bilocación, además de otros dones.
Pero mientras tanto, prisioneros como somos de este cuerpo físico saturnino, podemos simplemente elegir entre la posibilidad de enfrentarnos a un reto empleando las herramientas que poseemos para ejercer nuestro Libre Albedrío, o bien sentirnos víctimas del destino que nos castiga y obliga a las más penosas tareas.
¡Yo procuro usar todas mis posibilidades! Procuro entender, aprender y evolucionar. Examino todas las facetas de la situación, escucho los mensajes del cielo, pido orientación a mis guías espirituales, medito sobre el asunto en cuestión y tomo mis decisiones con la esperanza de lograr ese aprendizaje y superar el reto propuesto.
Y tú, ¿cómo enfrentas los retos que la vida te propone? Comparte tu experiencia conmigo si lo deseas. Yo me enfrento a un cáncer de mama. ¿Y tú? ¿Cuál es tu mayor reto?
Entonces, apreciado amigo y apreciada amiga, ¿quieres compartir conmigo tu experiencia? ¡Envíame un e-mail (por favor, no un whatsapp) y cuéntame lo tuyo, envíame tu fecha de nacimiento, para que yo pueda examinar tu mapa y hacer de ese conocimiento un motivo para debate en congresos y reuniones de Astrología! Yo estoy soportando bien la quimio y continúo aquí, trabajando, atendiendo y agradeciendo a Dios la experiencia de vida que esa enfermedad me está proponiendo. ¡Os deseo una semana llena de Luz Divina!
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Publicado por Graziella Marraccini
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