Veo a muchas personas intentando ocupar el lugar de otro por considerar que aquél es mejor lugar. Cuando vemos a alguien en una posición donde está feliz, eso debería inspirarnos para querer encontrar nuestro propio lugar en vez de querer un lugar igual a aquél... Pero gran parte de las personas ni siquiera piensa en eso e intenta hacer lo mismo, o llegar a donde esa persona está, pensando que va a ser tan feliz como ella.
Dulce ilusión... o no tan dulce...
Quien busca llegar a donde otro está sólo va a conseguir llegar al lugar del otro y nunca al suyo propio... y consiguientemente no va a caber en él...
Aquella persona se encuentra feliz allí... porque aquel es el lugar donde ella se encaja a la perfección sirviendo al Todo justamente por haber encontrado su propio lugar... cualquier otro que intente ocupar aquel lugar, no cabría.
Existe un lugar que es sólo tuyo y donde sólo tú te encajas tan perfectamente que hace que te sientas “en casa” en ese lugar... y no hay nada mejor que sentirse en casa.
Aprendemos desde pequeños a elegir nuestro lugar tomando en consideración muchas cosas... escuchando muchas voces... voces que hablan de felicidad... de éxito... de poder... y hasta de servir... que enseñan muchos caminos que también tienen en cuenta muchas cosas, pero casi nunca los deseos del Alma.
Quien quiera echar un vistazo a su alrededor puede muy bien percibir a dónde esas voces que, no son las del Alma... han conducido a nuestro querido Planeta.
Imagino que nuestro Planeta, como parte del Universo, representa una pieza de un inmenso rompecabezas y... que cada uno de nosotros también es una pequeña pieza de ese rompecabezas. Cada pieza tiene un formato diferente... una singularidad, una función única que hace que ninguna pieza pueda sustituir a otra de manera perfecta.
A medida que cada cual va encontrando su lugar... ese punto del planeta se ilumina y comienza a emitir una luz que hace que todo el planeta y el Todo se iluminen un poco más... y eso beneficia a todos porque en esencia somos todos uno.
Así como en un rompecabezas, cuando una pieza se coloca en un lugar que no es el suyo, no va a cubrir todos los espacios, por más que se apriete de aquí... se estire de allí... nosotros también, cuando estamos en un lugar que no es el nuestro, además de no estar cumpliendo nuestra función... no estaremos felices, de modo natural y sencillo... como deben ser las cosas.
Por más que tengas éxito, dinero o poder... y la razón diga que todo ello es lo que siempre has querido... no te encontrarás feliz allí... porque allá en lo más hondo... sabes que aquel no es tu lugar y que existe un lugar para el que solamente tú tienes las cualidades y los Dones para llenarlo perfectamente.
Ese lugar está esperando que tú lo encuentres y asumas la responsabilidad de Ser quien tú eres y de hacer tu papel sirviendo al Todo... y, naturalmente, llega la felicidad...
Es allí donde tus deseos caminan en sintonía con la voluntad Divina...
Cuando descubrimos nuestros Dones damos un gran paso en el sentido de encontrar ese lugar...
Cuando ejercemos esos Dones para mejor servir nos sentimos finalmente en casa.
Por eso, cuando veo a personas buscando ocupar lugares que no son los suyos, siempre comparando y cuestionando por qué el otro y no él, se encuentra en aquella posición... Mirando para fuera en vez de mirar para dentro y teniendo en cuenta tantos valores que no son el de estar sirviendo a su propósito divino, se puede comprender la razón de que estemos viviendo ese caos.
Pero también sé que muchos están en ese camino, de buscar su propio lugar... y eso da esperanzas de que ese número de personas aumente cada vez más hasta que... tal como un rompecabezas da la visión de todo el dibujo cuando más y más piezas se encajan en sus lugares, el Planeta y el Todo también se iluminan a medida que cada vez más personas encuentran su propio lugar...
Hasta que finalmente la Luz y el Amor colmen todos los corazones...
Publicado por Rubia A. Dantés
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