La llegada de la Navidad trae un mensaje vigoroso para toda la humanidad. Es importante que renazcas, que salgas de las pajas del pesebre para transitar en el planeta Tierra, como anunciadora de un nuevo tiempo. Al fin y al cabo, todos los maestros perciben tu Luz y traen la bienvenida.
En esta Navidad, que estés presente, que termines con coraje, con alegría este ciclo, hazte presente, envuelta en energías doradas que prenuncian prosperidad, paz y salud.
Todo en la vida es cíclico, puede transformarse. Evita elegir la rutina como ingrediente de seguridad.
Elabora novedades, en este final de año. Haz algo diferente, ahora, después puede ser tarde; la oportunidad se diluye, el tiempo pasa... Y tú estás ahí, esperando agarrado al pasamano. Libera tu andadura, sube la escalinata de la vida, con más levedad.
Este es el espíritu, la esencia de la discontinuidad. Prepárate para hacer un nuevo año diferente. ¿Ha sido todo bueno en 2009??? Estupendo. Entonces, que 2010 sea todavía mejor, más atrayente.
Evita decir el mantra de las tinieblas “si mejora se estropea”. Este es un comando del mal. Di con intenso respeto y amor hacia ti misma: “¡Si mejora será maravilloso!!!!”
La discontinuidad es un talento que puede ayudarnos en la vida.
Cada vez que rompes esquemas, realizas nuevas etapas, el universo abre oportunidades nuevas.
Si has tenido un 2009 con tristeza y perjuicio, interrumpe ese proceso, date un comando eligiendo nuevas actitudes, sueños diferentes, caminos y decisiones osados.
Ten el coraje de decirte a ti mismo y a Dios: En este nuevo año, todo va a ser diferente.
¡Voy a hacerme FELIZ!!!
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