Tú conservas en tu cuerpo todos los detalles de tu vida: amarguras, resentimientos, rabia contra otros y contra ti misma, nerviosismo hacia determinadas personas y la tensión de estar siendo bloqueada en tu libertad.
Has de saber que, inconscientemente, te castigas porque no estás logrando ser la mujer que deseas ser.
Olvida tristezas del pasado, pues nadie es culpable por tus limitaciones y disgustos.
Deja de mirar la vida desde ese ángulo. Lo estás viendo todo deformado.
Tú puedes ser y tener todo aquello que deseas, no es más que una cuestión de saber organizar tus pensamientos y discernir, de corazón, los pensamientos de aquellos seres – padre, madre, marido, suegros, jefe y todos cuantos de alguna forma ejercen autoridad sobre ti.
Retener pensamientos y sentimientos viejos y desagradables intoxica las células del cuerpo, que simbolizan el inicio de la vida. Ésta debe fluir libre para que pueda renovarse.
Los tratamientos estéticos no solucionarán tus problemas de relación. La ciencia médica explica que la celulitis no es grasa. Es inflamación de las células, causada por el exceso de sustancias nocivas que se acumulan por la retención de agua, sales, grasa y toxinas que se instalan en el tejido conjuntivo y forman una especie de gelatina, destruyendo o deformando las propias células; pero eso no es otra cosa que una somatización.
Los esteticistas y los médicos dicen que la celulitis es hereditaria. Sin embargo ellos también saben que la celulitis puede desaparecer y volver repentinamente, según el estado emocional de la mujer.
Cuando la mujer está a punto de menstruar, o incluso durante la menstruación, la celulitis se hace más visible, debido a las hormonas que se activan en aquel período. Muchas mujeres se vuelven entonces más sensibles: el nerviosismo, la impaciencia y las tristezas están evidentes en su personalidad y muchas lloran con facilidad.
Toda emoción exagerada conturba el organismo y causa un desequilibrio en las funciones selectivas, provocando una acumulación de sustancias nocivas en varias partes del cuerpo.
Día tras día los investigadores intentan desarrollar métodos de tratamiento para acabar con la celulitis, y por ello surgen constantemente polémicas cuando sale a relucir esta cuestión.
También los psicólogos estudian con ahínco el significado emocional en el día a día de las personas y ellos saben que es importante trabajar el auto-conocimiento para combatir las falsas defensas que creamos a través del nerviosismo.
La celulitis surge como manifestación de las emociones de rabia y auto-punición; entonces, para eliminarla, debemos corregir nuestro modo de proceder frente a los obstáculos que encontramos por el camino.
Si estás haciendo algún tratamiento para combatir la celulitis, entonces colabora, dejando “deshacerse” en tu corazón todo sentimiento negativo acumulado. No pelees con la celulitis, puesto que ella no es más que un reflejo de tu conducta diaria. Aprende a ser tranquila para aceptar con más paciencia todas las ofensas y prohibiciones. Deja de sentirte amenazada sólo porque han intentado o intentan cambiar tu forma de ser. Procura, poco a poco y en armonía, buscar tu identidad y tus derechos, pues tú has sido quien se ha dejado llevar por las opiniones de otros, con miedo de ser tú misma.
Muchas mujeres han conseguido librarse de la celulitis, ocupándose en cosas que les complace hacer. Otras han tenido éxito por la terapia, el yoga y la gimnasia, que aparte de ayudar a corregir la circulación sanguínea, también ayudan a descargar las tensiones.
Siente y reconoce cuán importante es que la mente vaya ligera para perdonar a los demás y recomenzar.
Perdona todo tu pasado y a todas las personas, así serás alguien feliz, y naturalmente, sin “problemillas” desagradables por el cuerpo.
La alimentación correcta y sin excesos es muy importante, pero ciertamente ella depende de tu estado emocional. Desafiarla a veces es inútil, pues genera tensiones y más ansiedad.
La gimnasia y todos los tratamientos estéticos causan alegría y satisfacción, pues la persona está haciendo algo por sí misma. Por ello aprovecha tu tiempo y empieza a amarte de verdad. Perdónate y vive con sentimientos suaves. Así no necesitarás gastar tanto en medicamentos.
La vida clama constantemente por cambios, y si pierdes tu respeto personal, caerás cada vez más hondo en el pozo de la amargura.
Date satisfacción a ti misma y vive de manera leve, evitando ser comandada, pero dejándote auxiliar.
Suéltate, camina descalza por la tierra, bebe agua y date aquel “bañito” de sol, por la mañana tempranito o al caer la tarde, pues el sol contiene la vitamina necesaria para restablecer el sistema nervioso y fortalecer tu ánimo y tu piel. ¡Alégrate!
Destruye, definitivamente, ese sentimiento de víctima que se ha alojado en ti por motivos de acomodación. No esperes a que las otras personas cambien. Cambia tú. Haz por ti todo lo que te gustaría recibir, y poco a poco percibirás que tu cuerpo pasará a lucir líneas más armoniosas y tu piel empezará a tener otro brillo.
Repito que en nuestros días la edad ya es un factor trasnochado. Quienes todavía justifican la pérdida de la belleza o de la salud por el paso del tiempo están mal informados, e ignoran los descubrimientos relativos al poder de los ejercicios y de la alegría, que desencadenan un proceso de rejuvenecimiento.
La salud es tu estrella y la belleza es su reflejo. No pierdas este brillo, ten siempre en mente que tus pensamientos saludables, amables y sinceros, te retribuirán con una belleza y una juventud sin fin.
ORACIÓN DEL PERDÓN
Observación: Haz esta oración por la noche, antes de dormir, para que tu inconsciente la absorba totalmente.
Atención: Visualiza el rostro de la persona a quien debes perdonar, o ser perdonado por ella, y di cada palabra, desde el fondo del corazón, llamándola por su nombre.
Yo te perdono… por favor, perdóname…
Tú nunca has tenido la culpa…
Yo tampoco nunca he tenido la culpa…
Yo te perdono… perdóname, por favor.
La vida nos enseña a través de las discordias… y yo he aprendido a amarte y a dejarte ir de mi mente.Tú necesitas vivir tus propias lecciones y yo también.
Yo te perdono… perdóname en nombre de Dios.
Ahora, ve a ser feliz, para que yo lo sea también. Que Dios te proteja y perdone nuestros mundos.
Los rencores han desaparecido de mi corazón, y sólo hay Luz y Paz en mi vida.
Te quiero alegre, sonriente, donde quiera que estés…
¡Es tan bueno soltar, cesar en la resistencia y dejar fluir nuevos sentimientos!
Yo te he perdonado desde el fondo de mi alma, porque sé que tú nunca has hecho nada por mal, sino porque creías que era la mejor manera de ser feliz…
…perdóname por haber alimentado el odio y el resentimiento durante tanto tiempo en mi corazón. Yo no sabía qué bueno era perdonar y soltar; yo no sabía qué bueno era dejar ir lo que nunca me ha pertenecido.
Ahora sé que sólo podemos ser felices cuando soltamos las vidas, para que sigan sus propios sueños y sus propios errores.
Ya no quiero controlar nada, ni a nadie. Por eso, pido que me perdones y me sueltes también, para que tu corazón se llene de amor, lo mismo que el mío.
¡Muchas gracias!
Mensaje inspirado por Cristina Cairo, en un momento de perdón SP - Brasil 5/4/03
Publicado dia 2/24/2014 10:21:02 AM em STUM WORLD
Cristina Cairo é consultora corporal e promove palestras, workshops e cursos sobre a LINGUAGEM DO CORPO.
