Al sumar los números de 2015 encontramos el número 8 que corresponde al Arcano de la Justicia en el Tarot. ¿Qué entiendes tú por Justicia? Creo que todos nosotros tenemos una idea de lo que eso significa, pero no todos piensan que “justicia” tiene relación con su propio delito y contraposición al derecho del otro. Eso no está equivocado, pero es absolutamente subjetivo. En la Antigua Grecia el concepto de justicia era una atribución del Estado, que hacía cumplir las leyes de convivencia social. En la Biblia encontramos un concepto más antiguo, que es el de la justicia del Rey Salomón. Enseña la Biblia que dos madres disputaban la maternidad de un mismo y único bebé. El caso fue presentado al Rey quien decidió: “¡partiré el bebé en dos y daré la mitad a cada madre!” Inmediatamente una de ellas dijo: “¡No, no quiero eso para mi bebé! ¡Dale mi hijo a la otra, pero déjalo que viva!” Y Salomón comprendió que esta era la verdadera madre. En este relato queda claro que a menudo la justicia no está de un lado o del otro, sino del lado del corazón. Siempre que decidimos algo con el corazón, estamos decidiendo con justicia. Nuestra mente, por el contrario, tiene cierta tendencia a considerar que la justicia se hace simplemente juzgando lo que está bien y lo que está mal, según nuestros parámetros.
Un principio hermético afirma: “Toda verdad no es sino media verdad”. Por ello no debemos emitir juicios considerando que nuestra verdad es la absoluta y indudable. Si aprendemos a analizar la otra cara de la medalla podemos evitar cometer actos de juzgamiento anticipado basados en nuestra propia idea de la justicia. Observa bien que no hablo de la justicia de las Leyes establecidas por los gobiernos. Cada país tiene las suyas, cada estado tiene las suyas, y éstas no han de ser discutidas sino obedecidas. Si no acatamos esas leyes procedemos como rebeldes y seremos corregidos. Pese a todo, cuando se trata de un juicio subjetivo, basado principalmente en nuestro entendimiento, que es preconcebido, podemos cometer errores al juzgar. Por ello considero que este tema puede ser importante para nuestra reflexión personal en este año que comienza.
Un ejemplo: solemos pensar que se nos hace injusticia si nos esforzamos para alcanzar un objetivo y no lo conseguimos, mientras que nuestro colega que no se esfuerza tanto es rápidamente recompensado con su objetivo. Qué justicia es esa, nos preguntamos, frustrados.
La justicia divina no siempre es comprendida. Cuando creemos que nos está castigando, está simplemente enseñándonos algo. Sin embargo, nuestra soberbia nos impide a menudo aprender y progresar espiritualmente. En el Arcano VIII del Tarot de Marsella vemos a una mujer sentada en un trono, con una espada en una mano y una balanza en la otra. La Lámina evoca la idea del Libre Albedrío del individuo y recuerda la Ley divina a la cual él debe someter sus actos. La Ley se interpone entre la voluntad del individuo y la voluntad del Todo. La Justicia está sentada entre dos columnas: la de la izquierda (Jakin) significa la Voluntad, y la de la derecha (Boaz) significa la Providencia. Los jueces en los tribunales no son los únicos en juzgar. Todos nosotros juzgamos, todo el tiempo. En nuestro “tribunal interior” juzgamos los pros y los contras de cada acto o fenómeno a que asistimos. ¡No obstante, hay un mandamiento cristiano que afirma: “No juzguéis” y aun “No condenéis”! Si no juzgamos y, consiguientemente, no condenamos al otro según nuestro enjuiciamiento, nos sentiremos en paz y lograremos vivir en armonía.
Es nuestro propio juzgamiento lo que nos condena y no el juzgamiento de otros. ¡Por nuestro juzgamiento bloqueamos la Luz que podría fluir en nuestra vida promoviendo la armonía, el equilibrio y la Paz!
Con la cercanía de la Santa Navidad podemos empezar a hacer ese ejercicio de “no juzgamiento” y de “no crítica”, ¡y podremos ciertamente vivir un 2015 muy próspero y feliz! Cuando pensamos en el símbolo de la balanza, pensamos en dos platos suspendidos de un punto. Ambos platos han de estar equilibrados y mantenidos así por el punto central. Cuando juzgamos según nuestros parámetros, desequilibramos la balanza. Para juzgar con equidad es preciso desarrollar la Conciencia. Sólo ella está en conexión con Él. La Conciencia no es una función del carácter, sino que lo es del espíritu. Ella habla con Él por la intuición y no por la razón. ¿Cómo podemos, entonces, desear una vida feliz y equilibrada si continuamos juzgando a nuestro semejante con los parámetros de la razón?
Apreciado lector, amigo que me sigues desde hace tanto tiempo, te invito a hacer esa reflexión en nuestras meditaciones diarias. En 2015 podemos clamar por justicia, en los asuntos mundanos que se someten a las leyes terrenas, y ese es un derecho que tenemos. Pero como ejercicio espiritual de evolución personal, debemos ante todo confiar en Él y no juzgar, para que no seamos juzgados. Entonces ¿qué tal prepararnos para la Santa Navidad ejercitando ese “no juzgamiento”? ¡Si logramos controlar ese impulso negativo que como una barrera impide el fluir de la Luz, podremos tener una vida próspera y feliz!
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¡Que la Luz del Arcoíris descienda sobre nuestro planeta para que reine la Armonía, la Tolerancia, la Paz y el Amor! Orad por la Paz mundial. ¡Buena semana a todos!
Publicado dia 12/17/2014 12:46:32 PM em STUM WORLD
