"No trabajo para ganar dinero.
Gano dinero con mi trabajo".
(J. R. Duran)
Ingresas en una empresa y ya tienes que dar el número de DNI, NIF e INSS.
Te entregan una acreditación numerada, una extensión directa y tu posición relativa en la estructura jerárquica. En el envoltorio, normas de conducta y metas para alcanzar.
El tiempo pasa y tu entusiasmo se va disipando. La palabra "entusiasmo" viene del griego enthousiasmós y significa "éxtasis". Los antiguos la empleaban para representar también arrobamiento e inspiración divina. En una traducción literal, "tener a Dios dentro de sí". Por eso cuando perdemos el entusiasmo, lo perdemos todo.
Miras por la ventana y divisas una legión de ambulantes por la calle. Gente trabajando en la economía sumergida, vendiendo todo tipo de quincallerías de procedencia cuestionable, a la espera de un cliente - o de una batida de la fiscalización.
Los periódicos revelan un aumento en la tasa de desempleo y una reducción en los contratos de trabajo que se firman. La Economía está retraída. Los intereses bancarios, en la estratosfera. La inflación sólo parece estar controlada en los índices divulgados por los institutos de encuestas, porque a cada semana tienes la impresión, o la certidumbre, de que con la misma cantidad compras menos.
Números. Números preocupantes que prenuncian la inseguridad y, no raramente, la desesperanza.
Encuentras a un compañero de infancia. Está graduado en Ingeniería, pero hoy comanda un kiosco de zumos naturales. Él comenta con orgullo: "Soy el ingeniero que se ha convertido en zumo". Otro conocido, abogado bien conceptuado, desgrana melodías en las noches, nubladas o con estrellas, desde su saxofón. "Gano menos, pero soy feliz", asegura.
Todos necesitamos de un trabajo para atender a las necesidades más básicas. Cuando aprendemos a gustar de lo que hacemos y nos identificamos con nuestra actividad, podemos buscar el perfeccionamiento, convirtiéndonos en profesionales y construyendo una carrera. Pero sólo aquel que escucha la "llamada", es decir, su vocación, llega a la auto-realización, cumpliendo su misión de vida.
Cuando llegas a ese nivel, los números se convierten en solamente. números. La cantidad que ganas pasa a ser una consecuencia. Cuanto trabajas pasa a ser irrelevante. La creatividad florece, el estrés no encuentra morada, la autoestima se ve permanentemente alimentada. Tú no ejecutas, realizas. El lunes tiene sabor a recreo. ¡Trabajar se convierte en una gran diversión!
* Tom Coelho es educador, conferenciante en gestión de personas y negocios, escritor con artículos publicados en 17 países y autor de ocho libros. E-mail: [email protected]. Visita: link y link
por WebMaster
Consulte grátis
Avaliação: 5 | Votos: 1
Sobre o autor WebMaster é o Apelido que identifica os artigos traduzidos dos Associados ao Clube STUM, bem como outros textos de conteúdo relevante. Email: [email protected] Visite o Site do Autor
Publicado dia 4/8/2020 11:34:29 AM em STUM WORLD
WebMaster é o Apelido que identifica os artigos traduzidos dos Associados ao Clube STUM, bem como outros textos de conteúdo relevante.
