La depresión es un trastorno del humor, con baja actividad general, que conduce a sufrimiento interior profundo, desesperanza, falta de fe, en sí mismo y en la vida. La ciencia médica aún no tiene, claramente, el conocimiento del origen de la depresión.
Se habla de disfunciones de los neurotransmisores a nivel del sistema nervioso central, de herencia genética, de presión social, frustraciones, pérdidas prematuras importantes y otras muchas; sin embargo, si bien todas estas posibilidades son verdaderas como desencadenantes, no explican por qué algunos individuos, sufriendo las mismas contingencias, no desarrollan un cuadro depresivo. Todas las posibilidades antes mencionadas son efectos y no causas. La causa de la depresión reina en el alma y no sólo en el cuerpo físico.
El conflicto del deprimido se remonta a causas probablemente lejanas, con repercusión en el presente. El deprimido presenta dos características: - egoísmo y agresividad. Egoísmo por creer que su dolor es el más grande del mundo y agresividad dirigida principalmente contra sí mismo. No piensan que sus actos harán sufrir a los que van a quedar.
TRATAMIENTO: el tratamiento deberá ser abarcador, y a efectos didácticos diremos: - médico, psicológico, social y espiritual.
El tratamiento médico es imprescindible en la fase crítica. El empleo de antidepresivos es decisivo para el restablecimiento en la fase aguda. La parte orgánica también ha de ser atendida, en especial cuando se ve muy perjudicada. De manera general, mejorando el humor, todo el organismo tiende a mejorar.
Es preciso tener mucho cuidado con los procesos depresivos, porque varias afecciones mórbidas suelen adquirir expresión en el organismo después o concomitantemente a una depresión, pues el sistema inmunológico se ve profundamente afectado por ella.
El tratamiento psicológico adquiere importancia por auxiliar en el auto-conocimiento, en la resolución de conflictos y en la toma de posición frente a los problemas.
La orientación social es necesaria en especial en aquel tanto por ciento de deprimidos (un 20%) que presentan secuelas profesionales tras varias crisis. Pierden empleos, familia y consideración social, entrando en un círculo vicioso que agrava su problema.
Cuando no valoramos el tratamiento, los resultados suelen ser precarios, las recidivas constantes, con cierta tendencia al envejecimiento prematuro y riesgos de suicidio en las graves.
En la terapia más eficaz para una depresión se habrá de incluir al Terapeuta del Alma, el cual fue de hecho el primer sanador en los templos y, actualmente, son los que ensanchan la visión del ser en su integridad genuina.
por WebMaster
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Publicado dia 3/19/2018 9:58:27 AM em STUM WORLD
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