Recuerdo un tiempo cuando yo esperaba que mi felicidad viniese de un único lugar y no me pasaba por la cabeza que podría venir de muchas otras fuentes y maneras. Y en ese tiempo siempre que las cosas no acontecían de acuerdo con mis expectativas yo sufría mucho...
En uno de esos días... en que las cosas no sucedieron de aquella única forma que yo esperaba, mi corazón me dio una llamada que no me olvidé nunca más...
Bien mansito me mostró mi propia imagen sentada en una enorme y linda silla dorada, toda adornada por mis expectativas de felicidad... creadas y controladas por mi mente... resumidas allí en aquella silla...
Mirando la silla, daban ganas de quedarse en ella por mucho tiempo porque era realmente encantadora y acogedora... Vi cuánto me esmeré para volverla hasta irresistible...
Me vi sentada en la silla esperando que las cosas aconteciesen como yo imaginé que sería el ideal de felicidad, dentro de los limites de mi mente... y todo en aquella silla parecía tan perfecto que yo ni siquiera me daba la oportunidad de buscar otras posibilidades fuera de allí...
Como en un filme vi pasar el tiempo... y cuando aquellas cosas que yo esperaba no se concretizaban, yo sufría mucho... algunas veces yo esperaba... esperaba... y solo lo que venía era el dolor de no recibir lo que para mí era la única cosa que me haría feliz...
Aún sufriendo... yo me sentaba en la silla y quedaba esperando... cercada del confort y la seguridad que ella aparentemente me daba... y no conseguía, ni de reojo, mirar la vida que transcurría serena alrededor de mí con sus infinitas posibilidades de ser feliz...
Y mi corazón no paró ahí...
Me mostró también como algunas veces aquellas expectativas creadas por la mente se concretizaron... pero... no me dejaron feliz... y también el tiempo que perdí tratando de convencerme que estaba feliz con lo que había finalmente alcanzado...
En ese punto la ficha me cayó con tanta fuerza que nunca más me olvidé... Pero por más que yo supiese que mi corazón tenía razón... no fue fácil, en aquel tiempo, salir de aquella silla de la expectativa... Y cuando un día... finalmente me vi levantándome de ella, entendí... más que entender, sentí... Sentí como nos limitamos al crear expectativas y prendernos a ellas... como si fuesen la única forma de felicidad...
La felicidad viene de muchas maneras... muchas veces de las que menos esperamos y cuando menos la esperamos... creo que, al crear situaciones en nuestra mente, que imaginamos serán las que irán a hacernos felices... y nos apegamos a ellas... podemos estar limitando otras posibilidades de felicidad que vengan en otras formas... en otros colores...
Yo no se por qué... pero... las cosas que más me hacen feliz han sido aquellas que llegaron inesperadamente...
Abra su corazón y déjelo bien libre... déle al Gran Misterio la oportunidad de traerle felicidad mucho más allá de sus expectativas...
La felicidad puede llegar así... y puede ser mucho más encantadora de lo que conseguimos imaginar y crear por nuestros conceptos...
La felicidad puede venir brillando como una estrella fugaz en una noche de luna nueva, para llenar de alegría nuestro corazón... y en los misterios de los caminos no recorridos vamos a percibir que son infinitas las maneras de ser feliz...
Publicado dia 9/27/2004 4:02:12 PM em STUM WORLD
