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Psicoterapia Reencarnacionista en 10 lecciones - Parte 4: La vida

Psicoterapia Reencarnacionista en 10 lecciones - Parte 4: La vida
Publicado dia 8/5/2005 7:28:40 PM em STUM WORLD

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Traducido por Teresa - [email protected]

Actualmente, y cada vez más, los pacientes quieren conversar sobre lo que es la vida, sobre qué están haciendo aquí, para qué viven, ¡y la mayor parte de ellos se cuestiona cuál puede ser su Misión! La Misión u objetivo de cualquier persona que por aquí esté es la misma, o sea, la auto-evolución. Y esto, que parece obvio, tiene implicaciones muy profundas, pues evolucionar significa la mejora de nuestras características personales, morales y éticas, a partir de una elevación de nuestro nivel de conciencia.

Mi nombre es Mauro Kwitko, siempre he afirmado esto, hasta sería capaz de jurar que soy Mauro Kwitko, me han registrado así, está en todos mis documentos, siempre que me inscribo en algo, coloco este nombre, todos me llaman así. No hay duda, ¡yo soy Mauro Kwitko! ¿Cierto? Equivocado. En realidad yo estoy Mauro Kwitko. ¿Se dan cuenta? Esa es la gran diferencia entre saber qué es la Vida y no saberlo. Cuando yo creía que era Mauro Kwitko, no sabía lo que era la Vida, al descubrir que estaba Mauro Kwitko, he descubierto lo que es la Vida. ¿Complicado? No tanto, veamos. Antes de que yo "naciera", ¿qué había? Mi Esencia. ¿Cuál era su nombre? ¿Era Mauro Kwitko o vendría a ser Mauro Kwitko? Obviamente, la segunda opción. En regresiones a algunas encarnaciones pasadas me he visto como un negro, como un oficial romano, como un escritor ruso, y ¿era yo Mauro Kwitko? Ciertamente que no, sin embargo era Yo, seguro. Mi Conciencia habitaba "cáscaras" con nombres diferentes, en épocas diferentes, y ¿qué tenían en común todas ellas? Solamente mi verdadera identidad, mi Esencia, mi Conciencia, eso a que las religiones llaman Espíritu. Pero no estoy hablando de religión, y sí de Psicología.
¿Soy yo entonces el tal Mauro Kwitko? Claro que no, yo soy anterior a Mauro Kwitko, y posterior también. Yo soy eterno, la "cáscara" Mauro Kwitko es temporal.

Esto hace con que todo cambie, pues si Mauro Kwitko es temporal, todo lo que a él concierne, en esta actual estancia terrena, ¿qué es, entonces? Mis hijos Hanna, Rafael y Mauricio no son, sino que están Hanna, Rafael y Mauricio; mi madre no es Paulina, está Paulina; mi hermano no es Airton, mi padre no era Rafael, y así sucesivamente. De este modo yo estoy el padre de Hanna, de Rafael y de Mauricio; la que está Paulina, está mi madre; el que está Airton, está mi hermano; el que estaba Rafael, estaba mi padre, etc. Somos todos personalidades pasajeras, con rótulos pasajeros, pero con una misión única y en común: la auto-evolución, o sea, la evolución de nuestra Esencia (o Conciencia o Espíritu), hecha por medio de nosotros, que estamos. Y vosotros, lectores, ¿sois? No, vosotros estáis.

Si no somos lo que pensamos ser, tampoco somos los rótulos que suponemos tener. El día en que desencarnamos ("muerte") nos libertamos del vehículo físico y, con ello, del aparente absolutismo de las relaciones familiares, tal como están estructuradas, desde la relación de nuestra Esencia con las ilusiones de nuestra Personalidad Inferior, hasta las relaciones ilusorias con todo lo demás, incluso con las personas. En este caso, si todo es transitorio excepto la Esencia, entonces todo es casi una fantasía, casi una ilusión, a no ser que se mire la realidad. Hemos, pues, de libertarnos y la Psicoterapia Reencarnacionista pregona la profunda liberación de las cadenas que constituyen las ilusiones de la Personalidad Inferior, la cual se juzga absoluta y que, siendo temporal en la realidad, dura una encarnación y un período inter-encarnaciones, hasta la próxima encarnación, hasta la próxima Personalidad Inferior, que es la continuación de la actual.

Si no somos lo que aparentamos ser, si somos en realidad nuestra Esencia, si estamos casi todos enfermos, desde el punto de vista emocional, mental o incluso físico, si estamos aquí apenas para evolucionar a nivel de conciencia, es decir, para perfeccionar nuestras características personales mediante la ampliación de nuestra visión, y la mayoría no lo conseguimos, o sólo lo conseguimos a medias, es que nos estamos equivocando en algo. Y ¿en qué puede ser? La Psicoterapia Reencarnacionista quiere demostrar que ese gran error consiste en creer que somos lo que no somos, o sea, creer en las ilusiones de nuestra Personalidad Inferior y no dar acceso a nuestras metas y objetivos pre-reencarnatorios. El terrible engaño es vivir para lo temporal cuando debiéramos vivir para lo eterno. ¿Y dónde está la diferencia? Podemos comenzar por algunos aspectos básicos: la Personalidad Inferior generalmente vive en función de algunas palabras, como Yo, Mío y Mía, mientras que la Esencia quiere vivir para el Nosotros y el Nuestro. La Personalidad Inferior es egocéntrica, la Esencia quiere lo colectivo. La Personalidad Inferior generalmente vive para sus propios intereses y los de sus familiares y amigos, la Esencia vive para los intereses de la humanidad. La Personalidad Inferior quiere dinero, confort, fines de semana y vacaciones, la Esencia quiere trabajar por la paz, por el amor, por la armonía y por la belleza. La Personalidad Inferior vive sabiendo que va a morir, puesto que ha nacido; la Esencia sabe que es inmortal, que ha vivido antes en otras personalidades inferiores y que frecuentará otras más tarde. La Personalidad Inferior es limitada, miope, centrada en sí misma, posesiva, auto y heterocastradora, materialista e inmediatista; la Esencia es infinita, posee la verdadera visión, es expansiva, amorosa, universal. La Personalidad Inferior crea y mantiene la enfermedad, la Esencia tiene la cura.

De este modo, ¿quién debe estar al mando de nuestra estancia terrena? ¿Quién tiene la real capacidad jerárquica para pilotar este barco? ¿Quién debe ser el líder? La Esencia, ciertamente. Mas ¿quién ha usurpado ese derecho, quién se ha sublevado, rebelado, quién se ha acuartelado asumiendo el poder? La Personalidad Inferior y sus ilusiones. No puede entonces ser motivo de asombro observar la proliferación de enfermedades, tanto a nivel personal como social y planetario. Está al mando quien no tiene condiciones y, allá en las bodegas, confinado y encerrado en una celda oscura y aislada, el verdadero Maestro, la Sabiduría Interna, sentado en el suelo, leyendo sus libros, meditando, aguardando. La Psicoterapia Reencarnacionista quiere recordar a la Personalidad Inferior que existe un camino que conduce a esa celda interna, de modo que, profundamente avergonzada, se dirija a la puerta, abra, tome la mano de su Esencia, la abrace, llore realmente arrepentida, la traiga para arriba, la coloque en el trono que es suyo por derecho y durante el resto de la encarnación pase a servirla como un fiel y dedicado escudero, un verdadero maestro-de-obras al servicio de los grandes ideales de su Maestro Interno, su Verdad eterna.

¿Cómo anda tu trabajo? ¿Cuáles son tus planes, tus metas, tus objetivos? ¿Para qué vives, para qué trabajas, qué tienes en vista, qué pretendes alcanzar, a dónde quieres llegar? ¿Cómo va tu encarnación, cómo te has conducido, qué cosas te has empeñado en mejorar, cómo va tu evolución, tu purificación, cuánto se ha dedicado a esto tu Personalidad Inferior? Y la celda de tu Maestro Interno, todavía recuerdas el camino que conduce a ella? ¿Lo has visitado últimamente, le has llevado comida, agua, ropa limpia, gel, champú? ¿Cómo está de salud, ha ido al médico, y sus dientes? ¿Se ha cortado las uñas? ¿No son éstas las cosas que habitualmente hacemos con nosotros mismos y con nuestros hijos y parientes? ¿Por qué no hacerlo con nuestra Esencia? ¿No ha llegado la hora de bajar a buscarla, traerla para arriba, alojarla en el cuarto de huéspedes, instalarle nevera, "freezer", televisión, llevarla al cine, teatro, espectáculos musicales? Todo esto que hacemos con nosotros mismos y con los nuestros ¿no deberíamos hacerlo con nuestra Esencia? ¿Por qué la negamos? ¿Por qué la despreciamos? Talvez una reunión con la familia y los amigos para presentarla, preguntarle su opinión sobre algunos asuntos, escucharla, oír atentamente sus ideas, hacerle preguntas, ella sabe cosas que tenemos olvidadas y ciertamente tiene la solución para nuestros más intrincados problemas. Y ponerla al frente de la dirección de la casa, de nuestra vida, pedirle que ayude a todos a descender a las bodegas en busca del Maestro Interno de cada cual, que está allí solo, a oscuras, aguardando. Y ¿quién sabe?, nos reunamos todos, padres e hijos, amigos y parientes en una gran celebración a la orilla de la piscina o junto a la chimenea, o en un jardín de flores, a la sombra de un árbol, y conversemos sobre los grandes misterios, la finalidad de la Vida, los objetivos de la existencia, la temporalidad y responsabilidad de nuestras Personalidades Inferiores, orientados por nuestras Esencias.

Cuando el egoísmo va siendo barrido por el altruismo, cuando el Yo empieza a impregnarse del Nosotros, cuando la concepción equivocada de nacimiento, vida y muerte comienza a extenderse hacia lo eterno, cuando muchas veces lo que es bueno para mi Personalidad Inferior se percibe como perjudicial para mi Esencia, o, entones, lo benéfico para mi Esencia se percibe como aparentemente perjudicial para mi Personalidad Inferior, en fin, cuando los muros de nuestra ciudadela acuartelada se van desmoronando, cuando comenzamos a percatarnos de nuestros errores y equivocaciones, cuando empezamos a pensar en qué es lo que estamos haciendo y para qué, en ese momento la integración verdadera entre lo que pensamos ser y lo que somos realmente, empieza a concretarse. El reanudar la conexión entre el Yo Inferior (temporal) y el Yo Superior (eterno) es lo que proponen todas las religiones, y el volver a ligarse con el Superior, con Dios, pasa por encontrar cada cual su propósito en aquella celda oscura y abandonada, y entender el significado y los objetivos de una reencarnación, vivida por una persona aparente y pasajera.

Cuando reencarnamos, venimos con planes y metas trazadas, sabemos por qué estamos necesitando de esta nueva estancia aquí, en este plano dimensional denso, y, por tanto, de un cuerpo físico, que nos sirva de vehículo en ese tránsito. Sabemos lo que tenemos que aprender, qué hemos de corregir, qué debemos mejorar, qué necesitamos alcanzar, a dónde queremos llegar. Sabemos que encontraremos situaciones difíciles por el camino y que éstas nos posibilitarán evolucionar y alcanzar nuestros objetivos. Sabemos quiénes son los que denominamos padres, a dónde estamos llegando y por qué, y tenemos noción de un proyecto ideado por nosotros mismos para nuestro paso por aquí. Mas, a partir del momento en que el espermatozoide de nuestro elegido padre fecunda el óvulo de nuestra elegida madre, comienzan los problemas. Durante el tiempo en que se está formando nuestro vehículo físico dentro del útero materno, a partir de un Molde Psicobiológico, que veremos más adelante, tenemos plena conciencia de lo que pasa con nuestros padres, qué sucede entre ellos, e igualmente en lo que a nosotros se refiere. En los relatos de regresiones a la vida uterina, nos percatamos claramente de que el "crío", dentro del útero, se entera de lo que hablan sus padres y otras personas, de lo que piensan y sienten. Durante la regresión al útero, las personas relatan lo que está diciendo la madre y hasta lo que está pensando, relatan lo que está haciendo el padre, si desea o no aquel embarazo, describen la casa, las habitaciones, las personas que las habitan, etc. Muchísimas veces me dicen que están sentados en el sofá al lado de sus padres, están en el regazo de la futura abuela, y esto ocurre porque, si bien el cuerpo físico se está formando dentro del útero, la Conciencia está fuera, en el cuerpo astral. De este modo es fácil concluir que el comportamiento y la personalidad de los futuros familiares, su manera de relacionarse, cuestiones afectivas, financieras, etc., van siendo registradas en el Inconsciente de aquel ser cuyo cuerpo físico está formándose dentro del útero, que poco a poco va perdiendo conciencia de su origen, de su Esencia, y va incorporando gradualmente las ilusiones de la personalidad temporal, el embrión de su Personalidad Inferior. Va olvidando su plan pre-reencarnatorio con aquel padre, con aquella madre, con aquella familia, con aquella situación, y empieza a entregar el mando a su Ego, el cual tiene la ilusión de que las cosas están comenzando, olvidado de quién es realmente y de quiénes han sido ellos en otros tiempos.

Una mala relación entre los padres, rechazo por parte de alguno de ellos o de ambos, situaciones de dificultades, agresividad, etc., todo queda registrado cuando todavía estamos dentro del útero y permanece en nuestro Inconsciente, reforzando ciertas características negativas congénitas de nuestra personalidad así como la manera de reaccionar en situaciones futuras. Esta puede ser la principal causa de las denominadas psicosis, en que la persona permanece anclada en un comportamiento regresivo, muchas veces auto-incorporándose a una personalidad suya de alguna encarnación pasada, como un rechazo a vivir, por miedo. El autismo puede tener una explicación semejante, aún más profundo, un rechazo a encarnar. Pero si el trauma no es tan fuerte y asustador y tampoco lo es aquello que traemos en nuestras características de personalidad, se generan las neurosis características de todos nosotros, los "normóticos", los normales-neuróticos.

Todos vosotros, que ahora os percatáis de las ilusiones de vuestra Personalidad Inferior, empezáis a entender por qué os vais desviando, o algo parecido, por la vida, ya os apercibáis de ello o no, y por qué no estáis evolucionando más rápidamente como deberíais, enredados en esos conflictos cotidianos de personalidades temporales. La solución consiste en mirar por detrás de las ilusiones, reencontrarse con las metas pre-reencarnatorias y permitir que el verdadero líder asuma el mando. ¿Es fácil? No, por culpa de las armadillas, que más adelante veremos.

El psicoterapeuta reencarnacionista debe enterarse bien de estos asuntos y andar ya en línea recta, en el verdadero Camino, para poder auxiliar a sus hermanos que lo solicitan. El que se proponga ayudar a los demás debe cuidar de evolucionar rápidamente, para poder servir de ejemplo.
por Mauro Kwitko

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Sobre o autor
Mauro Kwitko é médico auto-licenciado do Conselho de Medicina para poder dedicar-se livremente ao seu trabalho como psicoterapeuta reencarnacionista. Em 1996, começou a elaborar e divulgar a Psicoterapia Reencarnacionista. É fundador e presidente da ABPR. Ministra Cursos de Formação em Psicoterapia Reencarnacionista e Regressão Terapêutica há muitos anos, tendo formado centenas de psicoterapeutas reencarnacionistas.
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