Me he sentado ante el ordenador para escribir y he constatado que no tenía la menor idea acerca de sobre qué escribir.
A veces es cierto que no la tengo... pero es sólo ponerme a ello, y llega... en otras ocasiones ya sé sobre qué quiero contar aquí... pero hoy... estuve un tiempo parada... y nada... Miraba para la página blanca del Word y nada... Fue entonces cuando me he visto en otro lugar... me vino una imagen mía tendida en la hamaca roja que está en la veranda de la casa de las montañas... hace bastante tiempo que no voy allá... sentí una fuerte añoranza...
Procuré alejar la imagen para comenzar a escribir, pero ella insistía en permanecer en mi cabeza... intenté hacer la conexión de aquella imagen con alguna cosa especial que pudiese haber ocurrido aquel día... pero no lo conseguí.
Parece que yo estaba allá ahora mismo... en ese momento en que intento concentrarme para escribir...
Entonces decidí proseguir con aquella escena... ya que ella de veras no quería salir de mi cabeza, para ver qué sucedería...
Iba ya a levantarme de la silla para acostarme y relajar... facilitando la conexión... cuando he visto que alguien se acercaba a mí en la hamaca...
Era un hombre vestido de blanco.
-No necesitas salir del ordenador. Ha dicho él.
Solamente he venido para recordarte una cosa.
¿Qué cosa? Pregunté, no sin antes notar que una parte de mí ya estaba considerándome algo ‘colocada’ hasta el punto de viajar de esa manera. Dejé ese tema a un lado y me sumergí en el viaje... concentrándome enteramente en aquel hombre que me era tan familiar...
-¿Te acuerdas de aquel día en que te has comprometido a traer tu verdadera esencia a la superficie?
Dios mío... juro que no esperaba algo así tan definitivo y profundo, pensé suspirando... y notando un aprieto en el corazón.
No me acuerdo de ese día en especial... pero ciertamente percibo ese compromiso cada día... llamándome desde allá del fondo de mi Alma.
-¡Ese día ha llegado!
¿Cómo es eso?...
Hablé para nadie, porque tal como había llegado, inesperado... el hombre se había ido y lo único que yo veía era mi imagen balanceándose en la hamaca roja, en la veranda de las montañas...
Imagen que también ha ido esfumándose, dejando lugar a los recuerdos...
Recordé que en los últimos días he venido teniendo una sensación muy fuerte de que alguna hora ha llegado... Una sensación de urgencia... pero que viene acompañada de un deseo de permanecer quieta... como si esa urgencia no dependiese de hacer algo y sí de estar disponible para una entrega muy profunda al silencio...
Un no hacer que lo es todo...
Al día siguiente me acordé de una amiga, con quien no hablo desde hace mucho tiempo, que ha participado en un trabajo mío sobre el perdón... cuando lo preparamos hicimos una hoguera que fue muy bonita... y me acordé de ella en ese fuego...
Al poco rato suena el teléfono y me sorprendo al oír que es esa amiga...
Charlamos acerca de algunas cosas y ella comenta sobre aquel trabajo... a lo que yo respondo que me había acordado de ella justamente por aquel trabajo en especial, hacía pocos minutos...
Charla va, charla viene... cuando ella me dice, en fin, que está sintiéndose muy fuerte, que la hora ha llegado... y me dice haber recibido 4 relojes que para ella han sido la confirmación de que esa hora está llegando... y ella ni siquiera usa reloj... me habló también de la necesidad que viene sintiendo de permanecer en la caverna... en el silencio...
Publicado dia 2/3/2007 10:59:27 AM em STUM WORLD
