Tú eres libre para cambiar.
Modifica el camino por el que vas todos los días. Observa por dónde pasas. Contempla el cielo. Mira a las personas que se cruzan en tu recorrido. Camina más aprisa o anda más despacio.
Establece cierta rutina en tu día-a-día. Rompe con determinadas costumbres antiguas.
Es preciso distinguir entre rutina y estancamiento.
La rutina es necesaria para poder organizar nuestra vida y así tener tiempo para desarrollar la creatividad y ampliar el auto-conocimiento.
En la rutina logramos libertad de actuación, pues podemos hacer las modificaciones necesarias en pro del crecimiento personal sin que sea preciso romper con todo, tan sólo haciendo pequeños ajustes, siempre.
Estancamiento es vivir en la inercia, sin perspectiva de cambiar, de mejorar o crecer en ningún aspecto, ya sea en el ámbito personal o en el profesional. La única manera de salir del estancamiento es la ruptura drástica.
Tú eres libre para elegir.
Elige aquello que te hace bien. Has de saber que aceptar o no una situación forma parte del abanico de opciones que tienes. Entonces, opta por lo que te proporciona paz de espíritu.
¡Siempre tenemos opciones!
Es preciso distinguir entre persistencia y terquedad.
En la persistencia siempre tenemos una meta que luchamos por alcanzar.
En la terquedad, simplemente no queremos abrir mano de algo; ni siquiera de un sueño – pero es tan sólo un sueño y no un proyecto o realidad.
Es preciso distinguir entre sueño y proyecto.
Para el proyecto establecemos prioridades, metas bien definidas, empeño objetivo, disciplina y esfuerzo continuo en su realización.
Un sueño es la fantasía y la ilusión de un deseo, sin la practicidad necesaria para que llegue a suceder.
Tú eres libre para amar.
Primeramente, ama a las personas amplia e incondicionalmente, simplemente porque son seres humanos y almas en evolución.
Inclúyete entre los seres humanos dignos de ser amados - ¡todos lo son!
Elige a las personas que te son especiales y comunícaselo a ellas siempre que te sea posible.
Discierne lo que cada persona presente en tu vida representa para ti.
Presta atención a lo que puede ofrecerte cada una de ellas, y qué puedes ofrecerle tú a cada una. No siempre es lo que esperamos y viceversa.
Es preciso distinguir entre expectativas y posibilidades.
El ser humano tiene, como tónica en sus relaciones, albergar expectativas – siempre espera que sus deseos se vean realizados. Lo cual genera frustraciones y decepciones.
Muchas veces las expectativas son irreales – mas allá de las posibilidades de realización; por eso es importante estar atento a las posibilidades.
Estar atento a las posibilidades es estar atento al potencial del otro y de la propia relación.
Estar atento al potencial del otro es conocerlo, y contemplarlo tal como realmente es, y no como nos gustaría que fuese. Una cosa es lo que deseamos (las expectativas que albergamos), otra cosa es lo posible (las posibilidades reales).
Todo esto es posible: somos libres para cambiar, somos libres para elegir las opciones más adecuadas, somos libres para amar. ¡En fin, somos libres!
Y tal como dice la sabiduría popular: sólo existe libertad con responsabilidad.
Cuando asumes la responsabilidad sobre tu propia vida, eres verdaderamente libre.
La verdadera libertad conlleva auto-respeto, y asimismo respeto al otro también (todos somos seres humanos).
La verdadera libertad pasa por la ética, donde te comprometes con tu verdad, aplicándola en tu vida, siempre sin invalidar la verdad del otro. Ser verdaderamente libre significa estar más cerca de uno mismo y del otro en cuanto seres humanos que somos (¡Somos todos uno!), a través de relaciones auto-responsables, verdaderas y humanas.
¡Cuando nos sentimos comprometidos con la vida, con ética y respeto, somos libres!
Maria Aparecida Diniz Bressani é psicóloga e psicoterapeuta Junguiana,
especializada em atendimento individual de jovens e adultos,
em seu consultório em São Paulo.
Publicado dia 8/15/2008 2:36:41 PM em STUM WORLD
