Las Curas tienen por objetivo principal la reactivación de nuestro sistema inmunológico desde los cuerpos sutiles hasta su representación en el físico.
Nuestras manos representan un puente energético para esa luz cósmica que fluye a través de ellas hacia un determinado receptor. La energía Vital que pasa por las manos a través de la intención del curador restablece la malla energética del cuerpo.
Los chakras de las manos son poderosos portales de luz, emisores de ondas cósmicas.
Todos los seres humanos practican incluso sin percibirlo la emisión de esas energías con sus manos de forma intuitiva, porque en nuestro sistema de memoria celular detentamos todo el conocimiento necesario para curar nuestro cuerpo, o sea, de alguna manera todos somos Reikianos en nuestro ADN y a partir de la intención y de la utilización de los símbolos tenemos total condición para utilizar esta energía cósmica en nuestro favor. Los grandes Maestros nos enseñan que el conocimiento del Universo está dentro de nosotros, que no es preciso buscarlo fuera, pues el Padre-Madre Cósmico nos proveyó con todo lo que era necesario para nuestro experimento.
Cuando hacemos una iniciación en Reiki simplemente estamos recordando técnicas hace mucho empleadas por todos y caídas en el olvido a través de los tiempos, pero que son del conocimiento de todos a nivel más profundo de nuestra memoria estelar. Nuestras manos son los vehículos físicos de esta energía que proviene del Creador y los dedos funcionan como antenas de recepción y transmisión de la energía vital.
Además de la intención de retransmitir esa energía cósmica es preciso también cultivar un sentimiento llamado Amor, que es una energía mal comprendida aún.
El Amor es el hilo conductor de la energía que proviene del Creador de los Universos, potenciando la verdadera cura que se produce cuando cambiamos nuestro enfoque mental, retirando de la separación el punto de mira y reencaminándolo a la unión. Con Amor, cualquier técnica de cura tiene su eficacia y la energía dispensada en el tratamiento transforma la realidad del receptor de la cura y la del transmisor también.
El Reikiano que desea obtener un buen resultado en su cura ha de estar atento al bienestar de su propio organismo físico y asimismo al de los cuerpos sutiles, dando total atención a la acción correcta, alimentación, respiración y reservando tiempo para la meditación. Cuando empleamos los símbolos sagrados en la cura tenemos la condición de acelerar el paso de la energía potenciándola para que la cura se produzca con mayor rapidez.
Publicado dia 12/3/2008 3:59:35 PM em STUM WORLD
