Tanto aprendizaje y ahora... ¿cómo desaprender todo cuanto nos han enseñado que somos y que ha encubierto nuestra verdadera naturaleza?
Una identificación aquí... otra allí... sea con una creencia religiosa... una idea... un nuevo papel adquirido a costa de mucho esfuerzo... y, claro está, el apego a todo ello.
A lo largo de la vida... o de las vidas... vamos entrando en posesión de tantas y tantas cosas que no forman parte de nuestra esencia, que no sobra casi nada de aquel que verdaderamente somos. Cuando nos damos cuenta de ser tantas cosas que no somos... y de cuán apegados estamos a cosas... personas... conceptos... opiniones... reglas... entran deseos de largarlo todo y descubrir eso que está encubierto por tantos añadidos...
El Ser silencioso aguarda en lo profundo de cada cual... dando señales en vislumbres sutiles de presencia.
Pero lo que nos hace buscar ese Ser, por lo regular es una inmensa insatisfacción... venga ésta por sufrimiento... por falta de sentido en la vida... o de cualquier otra manera, la llamada al despertar le llega a cada cual en la forma más adecuada a su historia.
Hoy después de una larga búsqueda y muchos encuentros preciosos, conmigo y con el otro... percibo cómo se ha aligerado ese caminar rumbo al Ser... y de qué modo un cambio en la forma de contemplar las cosas, tiene el poder de transformarlo todo.
Cuando recibimos nuestra historia... y las experiencias que nos llegan, desde el punto de vista de quien está siendo víctima de la situación... todo parece injusto y sin sentido. ¿Por qué esto me está pasando a mí? ¿Qué he hecho yo para merecer esto?
Y lo que ya parecía malo, solo hace ponerse peor...
Cuando recibimos la vida desde el punto de vista de que... allí está la configuración perfecta para liberar todo cuanto nos impide ser verdaderamente felices... y lo recibimos todo como oportunidad, lo que era malo ya pasa a ser visto desde una nueva perspectiva.
¿Qué es lo que viene para ser limpiado? ¿Qué es lo que puedo liberar a fin de abrir espacios para lo nuevo?
La vida puede ser buena o mala dependiendo de nuestra reacción frente a ella.
Y esa reacción casi siempre está determinada por memorias que nos hacen reaccionar de la peor manera posible, considerando que somos víctimas indefensas... esas memorias nos hacen repetir historias de las que no hemos salido bien y que nos han causado dolor, miedo, culpa... y cuando viene nuevamente el mismo tipo de situación, aunque con nuevos ropajes, las memorias nos hacen reaccionar como a lo que ya pasó... quitándonos la posibilidad de proceder de manera diferente y de mostrar que la vida puede ser renovada en cada día.
Al comprender que... lo que está fuera no es más que un reflejo de lo que está dentro, dejemos de huir y de lamentar y pasaremos a mirar frente a frente lo que nos llega en cada día porque, en última instancia, descubrimos que no tenemos cómo huir de nosotros mismos. Aquello que aparece fuera está dentro y, por tanto, no sirve de nada echar la culpa ni huir de personas y situaciones, porque otras y otras vendrán para mostrarnos que la realidad es como una pantalla donde proyectamos lo que tenemos dentro...
Es bonito darnos cuenta de que, después de ese cambio de perspectiva y de esa toma de conciencia, pasamos a ver los problemas como ocasiones reales de transformación, sin juicios de valor ni contra nosotros ni contra los demás... porque comprendemos que el otro también está dentro de nosotros... asumimos la responsabilidad por los problemas que se nos presentan, y los contemplamos con gratitud, porque somos capaces de percibir la oportunidad de transformación que cada uno de ellos nos ofrece.
Agradecemos a las memorias que llegan como posibilidades de liberarnos...
Al no resistirnos contra la vida... ésta pasa a fluir a nuestro favor... hacemos nuestra parte y, con certeza, tendremos toda la ayuda del Gran Misterio...
Publicado dia 11/13/2009 2:59:09 PM em STUM WORLD
