Un iniciado nada juzga; lo comprende todo, silenciosamente.
Porque su corazón se ha curtido en la senda.
No odia; sencillamente porque ve más allá de las emociones.
Ante la ingratitud, ora. Y su corazón vuela al Cielo...
Conocedor de los mecanismos de la reencarnación, abomina del racismo.
Consciente de las leyes de causa y efecto, él jamás hace daño a nadie.
El triunfo de alguien no le molesta; por el contrario, se alegra con los demás.
Medita y ve estrellas, pues ha descubierto el infinito en su propio corazón.
Se fía en la Luz, pues, sin Ella, estaría ciego en la jornada.
Por eso, da las gracias a lo Alto; y es fiel a los valores que abraza.
Es flexible, pero sus pasos son firmes; y nada ni nadie robará su luz.
Aun conociendo todos los arcanos espirituales, respeta a cuantos todavía no los conocen. Ah, él jamás pisaría a los más débiles ni haría burla de sus aspiraciones.
Frente al escepticismo del mundo, él camina seguro en su fe y en su discernimiento.
Y, cuando ora e irradia energías para la humanidad, seres de luz le abrazan en silencio. Ellos lo tienen como hijo querido y conocen su corazón y sus aspiraciones espirituales.
Ah, el iniciado lleva la luz de la vida universal en sus ojos...
Sabe que es una estrella vestida con un cuerpo; y, por eso, aun estando en la carne, ¡él brilla!
Frente a los asedios tenebrosos, él opera con humildad y respeto, y ora a lo Alto.
Dulcemente, con gran habilidad, transforma lo denso en sutil, y agradece la Luz. Ah, el iniciado sabe que no hay dinero en el mundo que pague su paz de espíritu.
Él sabe que la senda está en su propio corazón; y faltarle sería deshonrarse a sí mismo. Por eso persevera y continúa su jornada, incluso bajo pesadas pruebas y dificultades.
Él sabe que todo pasa... Menos la Luz que lo guía. Sabe que Ella es perenne.
Incluso en la noche oscura, él jamás olvida la Luz.
Pues, sin Ella, él no es nada, y se perdería fácilmente.
Entonces, anda en el mundo de las cosas ilusorias, pero sin ser engañado por ellas.
Sabe que la luz universal también está en los granos de arena, ¡pues el Todo está en todo! Y lo siente en su propio corazón. Por ello camina confiado y contento.
El iniciado tiene defectos, pero estudia y trabaja diligentemente para corregirlos.
No teme a su lado sombrío; por el contrario, quiere integrarlo en la Luz.
Ah, nada ni nadie, de este o de otros planos, podrá drenar su espiritualidad. Porque aquello que el Cielo ha encendido en su corazón, nadie lo podrá apagar.
Ni hombres, ni espíritus; ni el escepticismo del mundo. Ni ingratitud alguna.
Él sabe que la espiritualidad no es doctrina, sino estado de consciencia.
Y, por donde fuere, con quien fuere, la Luz siempre estará con él.
¡Porque Ella y él, en su corazón, son uno solo! Y él lo sabe. Y lo agradece.
Se considera una persona común, pero es un iniciado espiritual.
No porque posea algún grado, título o diploma iniciático; sino porque la Luz está en él. Y los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad orientan sus pasos en la senda.
Sí, él es un iniciado en las lides del espíritu. Y su corazón es grande como la vida.
Tan grande que cabe la humanidad entera dentro de él.
P.D.:
Hice estos escritos bajo la inspiración del sabio espiritual Sanat Khum Maat*, que está aquí a mi lado con su atmósfera serena y amiga. De sus ojos emana una suave luz azul-índigo, que me hace pensar en el Cielo y en el Bien.
Lo contemplo y pienso cuánto debe haberse rallado para tener esa mirada serena, característica de quien está en paz consigo mismo. Siento en él la comprensión de un ((Hierofante – dentro del contexto de las iniciaciones esotéricas de la antigüedad, era el maestro que ponía a prueba a los neófitos (aspirantes) en las pruebas iniciáticas)) hierofante(*) y la lealtad de un amigo.
Milenios de iniciaciones gravitan en torno a él. Y yo siento la responsabilidad de verter escritos así en el mundo. De, incluso en el mundo moderno con sus valores transitorios, hablar sobre valores perennes y profundos. Y, al mismo tiempo, siendo tan solo un estudiante más en la senda, y no un maestro.
Ah, yo lo contemplo con admiración y respeto, porque ya se ha dominado a sí mismo y es feliz. Y él me saluda y dice, muy dentro de mi corazón:
La senda está dentro de ti mismo. Entra en el atrio del templo secreto, en tu corazón espiritual, y saluda a la Luz. Ríndele honores. Y, más que nunca, en tiempos de tantas pruebas y expiaciones en el mundo, piensa en el Amor del Todo abrazando a la humanidad.
Ora por tus hermanos, de todos los lugares y creencias. Actúa con serenidad; sé ecuánime y fraterno.
Solo los fuertes de espíritu consiguen recorrer la senda portando la antorcha del discernimiento, del amor y de la fe. Y no hay honor mayor que ese en el mundo.
( (El TODO – expresión hermética para designar al Poder Absoluto que está en todo. El Supremo, El Gran Arquitecto Del Universo, Dios, El Amor Mayor Que Genera la Vida. En verdad, El Supremo no es hombre o mujer, sino pura consciencia más allá de toda forma. Por eso, da lo mismo llamarle Padre Celestial o Madre Divina. Él es Padre-Madre de todos. Cuando se afirma que el Todo – Dios, el Supremo, El Absoluto, El Gran Arquitecto Del Universo – es el Gran Hierofante, se dice en el sentido de que Él es el Supremo iniciador de todos los seres, ¡pues está en todo!)) El Todo(*) es el Gran Hierofante. Y todos nosotros, encarnados y desencarnados, somos sus eternos aprendices. Ante la sabiduría de ese mentor espiritual tan sabio y generoso, yo me estoy aquí muy quietecito y admirado, pensando conmigo mismo:
¡Ah, Dios mío! Que yo sea digno y fuerte, para soportar la fuerza de un Gran Amor operando dentro de los pliegues secretos de mi pequeño corazón. Y que jamás reniegue de la Luz, pues, sin Ella, nada soy. Y que sea digno de escribir y trabajar con la Espiritualidad, porque sé que el hecho de estudiar temas elevados no significa que yo sea elevado, sino que estoy intentando mejorar con ello. Y, si lo quiere Dios, seguimos adelante...
(Dedicado a Hermes Trismegisto y a Jesús).
Paz y Luz.
Wagner Borges – eterno neófito de la vida...Notas:
*Para saber más acerca del amparador extra-físico Sanat Khum Maat, ver el texto 139, publicado por el Website del IPPB en 1999, donde revelo algunos detalles sobre su presencia espiritual –, en la siguiente dirección. Hay otros textos suyos publicados en la sección de textos periódicos del Web, enviados semanalmente - link Debido a la profundidad de sus apuntes, es uno de los mentores más queridos de los lectores, que, frecuentemente, envían e-mails pidiendo más textos de su autoría espiritual.
Obs.: La recopilación de textos espirituales de Sanat Khum Maat está publicada en mi octavo libro: “Ensinamentos Extrafísicos e Projetivos” (Enseñanzas Extra-físicas y Proyectivas), lanzado por la Editora Madras en 2005 – el libro puede ser encontrado en las librerías y asimismo puede ser adquirido directamente en el IPPB – o por teléfono – y enviarse por correo.
Obs.: Al final de estos escritos, dejo seguidamente una enseñanza que Sanat Khum Maat me transmitió hace tiempo: “Solo hay un camino para el iniciado: ¡La paz!
Solo hay una manera de ir hacia delante: absolver todas las nociones de resentimiento en los tribunales interiores de la propia conciencia.
Solo hay una verdad fundamental: ¡Es preciso crecer!
Solo hay un sabio: El Todo.”
Y otro más, que cierta vez él transmitió a un amigo mío, también sensitivo: “No hay más que un camino: el ascenso.
No hay más que una actitud: la certidumbre.
No hay más que un sentimiento: el amor.
Lo demás solo son niveles de manifestación.”
Publicado dia 1/20/2010 3:02:35 PM em STUM WORLD
