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Atravesar Es Preciso, Atravesar para Dejarlo - Juegos con el Tiempo

por WebMaster em STUM WORLD
Atualizado em 27/01/2010 15:03:40


por Isabela Bisconcini - [email protected]

Traducción de Teresa - [email protected]

Es año nuevo y tenemos oficialmente una ocasión para recomenzar. Curioso esto, porque en el budismo hablamos muchas veces de tiempo sin inicio. Hablamos también de continuum mental, nuestro disco duro del computador interno que, a un nivel muy sutil, graba todas las impresiones que generamos de momento a momento, con nuestros actos de cuerpo, palabra y mente y que migra con estas informaciones de una vida para otra, generando nuestras próximas experiencias, o mejor, generando el aspecto que ellas tendrán para nosotros: cómo se nos aparecerán las próximas experiencias.

En tan solo un segundo creamos 65 marcas (impresiones) en el continuum mental. “Todo queda guardado en la mente”, dice Gueshe Michael Roach. Las impresiones son como semillas: tú piensas, hablas y haces algo, esto queda plantado en la mente, las semillas crecen dentro de la mente muy sutil, y pasado un tiempo, con las condiciones adecuadas, maduran de la forma en como ves todo. El karma crudo viene de lo que se piensa. Entonces no existe un inicio y un final, hay un ciclo que continuamente se alimenta de las marcas que generamos. Pudiendo agotarse a medida en que ya no lo realimentamos más.

Entonces... Más importante que poner atención a las cosas que nos están pasando, es prestar atención a nuestras reacciones frente a ellas, pues así es como hacemos girar la rueda una vez más, para recrear la situación en el futuro, o no.

Cuando pasamos por una situación dolorosa, ésta nos parece de una solidez incuestionable. Y esta solidez es lo que consideramos que es “la” realidad... Pero cuando sentimos de hecho en las células del cuerpo, visceralmente, “esto pasará”, la situación recupera el movimiento que le confiere su real condición: es como una ola: se forma, crece, alcanza un pico y se deshace... Así es como aparece todo...

Es, ciertamente, tranquilizador el percibir esto... es una ganancia real para nosotros, pues dejamos de desgastarnos tanto. Entonces, lo mejor que podemos decir quizá sea: respira, saborea, sigue... respira, saborea, sigue... respira, saborea y sigue...

Lama Gangchen Rinpoche, en su libro Autocuración III, dice:

“Todos los fenómenos de los mundos externo e interno, a excepción del espacio natural y de la vacuidad, existen en no permanencia. Desde las mayores cadenas de montañas, estrellas y galaxias hasta la corriente interna de energía de vida de los seres humanos, con sus emociones y pensamientos siempre en mutación, todo está continuamente desintegrándose de momento a momento, y transformándose en otra manifestación de vida y energía elemental.”

¿Sientes el movimiento? Se trata de que atravesemos las situaciones con menos gasto de energía; sin contraernos. E, idealmente hablando, sin gasto de energía; ¡si logramos aprovechar la no permanencia, incluso con ganancia de energía!

En el espacio (en el vacuo) no hay rozamiento. ¿Recuerdas tus clases de física en el colegio? El rozamiento es una resistencia, una fuerza contraria, que hace que la fuerza inicial vaya perdiendo su velocidad hasta detenerse. Sin el rozamiento, el movimiento es continuo. ¿Puedes imaginarte eso?

Nuestra mente es este continuum mental, que se traslada de una experiencia a otra sin parar. Pero resistimos a la experiencia. La resistencia que podemos generar contra una situación no hará que nuestro continuum mental pare, sino que la situación nos parezca parada, que se generen obstáculos en ella.

Una vez me sentía completamente bloqueada y sin alternativas; amarrada. Conversando con un maestro, Ven. Walpola, éste me dijo: “¡You said too many nos!” “¡Has dicho demasiados noes!”

Cuando creamos resistencias, cuando decimos “¡No!” a algo, generamos piedras (cristalizamos piedras) en la corriente del río que inicialmente era liso, como una plácida superficie. Al decir “¡No!” empezamos a generar rozamiento, resistencias, y a interrumpir el fluir de la continuidad de la experiencia. Y cuanto más rechazamos la situación, más difícil y pesada nos va pareciendo la experiencia, más dolorosa y fija se vuelve, nuestro horizonte se va empequeñeciendo, hasta que nos paralizamos encerrados en ella. Y esto es el reflejo de nuestro “¡NO!”, de nuestra resistencia, que va generando obstáculos en nuestro fluir continuo... ¡Una simple contracción muscular denota esta negativa!

Recuerdo la explicación de la psicoterapeuta Elisabete Lepera: “Cuando se ve la vida externa de una persona, y ella parece parada en los acontecimientos, monótona y estresante para la propia persona, hay resistencia constelada en algún lugar del psiquismo”.

Proyectamos nuestras dificultades en el mundo externo como si éste fuese separado del mundo interno, sin darnos cuenta de que la mente crea la realidad que vivimos. Si la vida parece parada, es porque dentro la energía psíquica está dedicada a defenderse, resistiendo. El reflejo de esto es que toda la vida empieza a parar...

Esto me recuerda la película “El Hechizo del Tiempo” que cuenta la historia de cuando la vida literalmente se traba: el personaje despierta todos los días en el mismo día. La historia se repite indefinidamente y él solo sale de la situación cuando, tras pelear mucho contra ella sin éxito, empieza a encontrar algo interesante que hacer allí dentro, puesto que de allí no saldrá. Él se rinde y se abre de alguna forma hacia lo que ya está sucediendo; pasa a buscar allí algo positivo y a crear positivamente allí dentro, donde está.

Por el contrario, cuando atravesamos una situación hasta el final pasando por toda ella, aceptando cada hecho exactamente tal como es (porque, bueno... ¡él ya está siendo así!), esto nos trae una sensación de conclusión, de completitud, de haber vivido todo y, consiguientemente, de no haber dejado nada por hacer. Nos experimentamos capaces de superar y concluir. Descubrimos una fuerza que desconocíamos tener. Estamos liberados... podemos continuar. La vida va a andar... va a seguir y lo nuevo vendrá.

Esto nos libera para el futuro. Y, entonces sí, la bendición es la del renacimiento, del recomenzar. La sensación es la de recobrar fuerza y hasta parece que rejuvenecemos.

A medida que nos desprendemos, rejuvenecemos... Nos realimentamos del tiempo. Recobramos energía. ¡Usamos el tiempo al contrario! Esto de hecho existe. A veces, después de cierto tiempo sin ver a Lama Gangchen, ¡al verlo él está más joven! ¡Él regenera su propia energía continuamente!

Entonces... atravesar es preciso. Recuperar el movimiento de cualquier situación, en cualquier escena, es preciso.

Atravesar para dejarlo.

Pasar por lo que aparezca, con menos sufrimiento, con menos resistencia, con genuina aceptación, con gentileza, construyendo positivamente allí dentro, es la meta. Y continuar caminando. Paso tras paso. Pues al final todo pasa, todo siempre pasa.


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