Combatiendo la ansiedad
por Izabel Telles em STUM WORLDAtualizado em 02/10/2007 14:20:28
Traducción de Teresa - [email protected]
Una amiga ha leído en Internet que, en los Estados Unidos, las abejas vuelan para fuera de las colmenas y luego ya no saben cómo volver a casa. Se ponen a dar vueltas, extraviadas por las plantaciones, y cuando llega el momento del regreso a la colmena pierden la ruta cósmica de la vuelta a su lugar de origen.
Así veo también a las personas del mundo en que vivimos. Salen de su morada espiritual, andan por los caminos del día-a-día polinizando aquí y allí, y cuando el sol se pone ya no saben cómo volver al ser primordial, se pierden de su propia naturaleza, rodando desorientadas en busca de su mapa original.
Y cuando muchas abejas perdidas se juntan aquí y allí, producen aún más ruido, más ansiedad, más soledad.
Pensando sobre esto, se me ocurre que esa puede ser una imagen perfecta para describir nuestra ansiedad. ¡Y hay que ver qué ansiosos nos sentimos! Basta observar los resultados de las ventas de los ansiolíticos y de los anuncios en la TV sobre remedios “naturales” que propician la calma. Esto indica una población al borde de un ataque de nervios.
La ansiedad en su pico más alto puede provocar el tan extendido síndrome del pánico que, para mí, debe parecerse mucho a esta imagen de las abejas volando en círculos sin encontrar el camino de vuelta a la calma, a la paz, a la fabricación de la miel.
Pensando en eso he creado para ti un ejercicio de visualización que recomiendo lleves a cabo todas las veces que te sientas ansioso(a).
Recuerda:
Siéntate para trabajar la visualización
Respira para calmarte
Cierra los ojos para visualizar.
Ejercicio de la vuelta a casa
Sentado(a) en una postura cómoda, sopla el aire largamente desde dentro de tus pulmones y respira por la nariz sólo lo mínimo que necesitas. Entonces cierra los ojos y respira de ese modo otras dos veces... y observa a las abejas salir de sus colmenas siguiendo la ruta del nacer del sol. Imagina a estas abejas polinizando multitud de distintas flores y observa cómo, al crepúsculo, cargadas de vida, buscan la ruta que las conduce de vuelta al panal donde fabrican la miel. Percibe que esto ya no ocurre, porque ellas han quedado confundidas por los insecticidas, por la interferencia de todas las cosas tóxicas que el hombre arroja a la naturaleza. Perdidas, ellas revolotean a la luz del final del día, en busca de su nido. Ansiosas, nerviosas, agitadas.
Respira una vez, y conociendo que esta puede ser la imagen de tu ansiedad, ayuda a las abejas a encontrar el camino de vuelta a casa. Condúcelas de forma pacífica y organizada para dentro de la colmena y da lugar a que ellas hagan la más pura, dulce y dorada miel que hayas probado nunca.
Sintiéndote calma, respira y abre los ojos.
