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¿Cómo saber quién soy?

por Rosemeire Zago em STUM WORLD
Atualizado em 08/04/2020 11:34:53


Traducción de Teresa - [email protected]

Me parece que estoy viviendo para agradar a otras personas. Ya no sé siquiera lo que sea bueno para mí. Casarme y tener hijos es lo que quiere mi madre, pero ese deseo ¿es mío o de ella? Realmente ya no sé qué es lo que quiero. ¿Quién soy yo?

Este desahogo es una pregunta muy común entre las personas. Estamos siempre dispuestos a agradar y a corresponder a aquello que se espera de nosotros, ya que eso es lo que hemos aprendido desde muy pequeños: ¡a obedecer! Y cuando empezamos a pensar con nuestra propia cabeza y a cuestionar si el camino en que estamos es de veras el que queremos, el conflicto se hace inevitable. Las preguntas ¿quién soy yo?, ¿qué es lo que yo quiero?, ¿soy feliz?, insisten en martillear nuestra cabeza y una vez iniciado tal cuestionamiento es como si éste tuviese vida propia, ya no se detiene. ¿Cómo encontrar las respuestas? ¿Cómo librarnos de la búsqueda de reconocimiento, de aprobación, de la necesidad de agradar, cómo dejar de ser tan susceptible a críticas y opiniones de las otras personas? No es fácil liberarse de tantas cadenas que nos aprisionan. Sí, permanecemos tan sujetos a esas necesidades que mal conseguimos vivir, como si estuviésemos verdaderamente encadenados.

Para evitar ese conflicto, durante algún tiempo incluso logramos distraernos con otros intereses, ya sea trabajando en exceso a fin de que no quede tiempo para pensar; ya sea cuidando de la vida de los demás, ayudando, aceptando o criticándolos, enfermando como forma de llamar la atención, sobrecargándonos con infinitas actividades, en fin, todo esto puede inicialmente beneficiarnos, en la medida en que proporciona la oportunidad para escondernos de nosotros mismos. Sufrimos mucho con las pérdidas durante la vida, pero no percibimos cuánto nos perdemos a nosotros mismos cada vez que miramos a otro lado para no mirar dentro de nosotros.

¿Te has fijado en que cuando estamos frente a una multitud, conseguimos ver a todos, pero no nos vemos a nosotros mismos? ¿Percibes la diferencia? Siempre estamos viendo a los otros, lo cual interfiere de forma profunda y simbólica cuando necesitamos tener el conocimiento de nuestros propios sentimientos. Siempre es más fácil mirar al otro, percibir cuál es el mejor camino para él, que mirar para dentro de nosotros y definir nuestro propio camino.

Para conseguir las respuestas a las anteriores preguntas es preciso saber qué es lo que nos ha alejado de nosotros mismos. Todo comienza de manera muy sutil cuando aún somos muy pequeñitos. Cuando nacemos somos genuinos, iluminados, pero con el paso del tiempo empezamos a apagarnos... o somos apagados con exigencias, superprotección, vergüenza, humillación, rechazo, abandono, normas, etc., e inconscientemente, vamos distanciándonos de quienes somos en esencia, de nuestro verdadero yo - el self. Al objeto de ser aceptados, creamos lo que denominamos máscaras, que son defensas que nuestro inconsciente crea con el propósito de evitar el dolor de los sentimientos que nos hacen daño. El razonamiento del inconsciente sería este: Si soy tan criticado, si no hago nada bien, seré diferente, para conseguir ser aceptado y amado. Crecemos en la creencia de que no somos lo suficientemente buenos como para ser amados por lo que somos, y así buscamos desesperadamente crear una imagen de cómo deberíamos ser. Empezamos a crear un falso yo como protección y reprimimos cada vez más nuestro yo verdadero. Esto se va cristalizando poco a poco, hasta que cuando empezamos a sentirnos insatisfechos, infelices, en conflicto, o cuando algo ocurre, tal como una pérdida significativa, como separación, muerte, enfermedad, y nos hace reflexionar sobre cómo anda nuestra vida, entonces empezamos a cuestionar lo que está sucediendo. Y parece que cuanto más pensamos más perdidos nos sentimos, es como si no supiésemos ya quiénes somos, como en el desahogo del comienzo de este artículo.

Muchos se desesperan, se vuelven deprimidos, pues no consiguen identificar lo que está pasando. La distancia de uno mismo es tan profunda que ya no conseguimos escuchar nuestra propia voz, nuestros deseos y sueños, es como si todo se hubiese perdido. Pero, verdaderamente, todo aún está dentro de nosotros, solo es preciso saber cómo encontrar la parte perdida.

Para alcanzar el verdadero yo es preciso identificar cuáles son sus máscaras. ¿Lo sabes tú? No es un proceso simple, al fin y al cabo, han sido tantos años creyendo ser de una manera, ¿cómo alguien te dice ahora que ese no eres tú? Es preciso hacer el camino de vuelta, buscar tu yo verdadero, tu esencia. ¿En qué momento de tu vida te has perdido de ti mismo? Muchas veces ni siquiera lo recordamos. Puedes empezar identificando aquello que en este momento te incomoda, te estorba o te trae conflictos.
Las máscaras que desarrollamos pueden ser muchas. Por ejemplo, la superioridad, la arrogancia, el poder, el orgullo, la necesidad de agradar, el ser bueno en exceso, alegre en exceso, riendo de todo y de todos, pueden ser máscaras que ocultan profundos sentimientos de daños emocionales y la consiguiente falta de valor hacia uno mismo, pero que un día han sido creadas para protegerte del dolor. Por lo regular, lo que nos trae conflictos son nuestras necesidades no suplidas desde muy pequeños y de las cuales solo ahora empezamos a tener conciencia.

¿Tu matrimonio anda mal, no recibes la atención que te gustaría? ¿No será que esa atención que esperas ya viene de atrás, de cuando eras niño? Por más que el otro te dé atención, difícilmente logrará suplir la necesidad amontonada durante años. ¿Qué tiene esto que ver con la máscara? Probablemente, cuando eras pequeño ya sentías la necesidad de atención; pero como forma de defensa, o sea, para obtener la atención no recibida, empezaste a hacer todo por el otro, agradando siempre e incondicionalmente, con el pensamiento inconsciente de ser valorado y así recibir la atención tan deseada. Has crecido dentro de este patrón y en el matrimonio has debido proceder de la misma manera, siempre agradando, sobrecargándote; pero con el paso de los años la necesidad se va potenciando, hasta llegar a un punto en que tu cuerpo y/o tu mente ya no soportan más, si bien al mismo tiempo no consigues identificar todo ese proceso, pues no tienes ese conocimiento; y el conflicto se instala. Cuando ocurre esto es hora de pararlo todo y reflexionar acerca de lo que está sucediendo, cuándo ha comenzado todo; en general, comienza allá en el pasado, en la forma en cómo hemos sido cuidados, educados, reprimidos, exigidos, cobrados. Cuando empezamos a amoldarnos a lo que se esperaba de nosotros y de esta forma empieza el proceso de distancia de quienes somos. El camino de vuelta es largo, pero valioso.

Continúa la próxima semana.


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zago
Rosemeire Zago é psicóloga clínica CRP 06/36.933-0, com abordagem junguiana e especialização em Psicossomática. Estudiosa de Alice Miller e Jung, aprofundou-se no ensaio: `A Psicologia do Arquétipo da Criança Interior´ - 1940.
A base de seu trabalho no atendimento individual de adultos é o resgate da autoestima e amor-próprio, com experiência no processo de reencontrar e cuidar da criança que foi vítima de abuso físico, psicológico e/ou sexual, e ainda hoje contamina a vida do adulto com suas dores.
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