Dedicación
por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLDAtualizado em 22/03/2015 08:43:42
Traducción de Silvana Partucci - [email protected]
El grado de dedicación que pones en un objetivo a ser alcanzado es lo que marcará la diferencia entre obtener o no tu realización. Dedicarse significa aplicarse de cuerpo y alma a aquella meta, sin importar cuanto esfuerzo sea necesario para materializarla.
A veces eso puede llevar un buen tiempo, por esa razón, es fundamental que te conozcas y sepas exactamente de lo que eres capaz, para no desperdiciar energía tratando de hacer algo para lo cual no posees la habilidad necesaria.
Muchas personas corren atrás de sueños irreales, sin prepararse adecuadamente, creyendo de modo ilusorio que basta la persistencia para que aquello suceda.
Tener un buen sentido de realidad acerca de ti mismo y de las condiciones externas que pueden llevarte al éxito de un emprendimiento es una necesidad básica.
Evaluadas estas condiciones y, una vez que se tiene plena consciencia de lo que se desea y se puede concretar, comprometerse firmemente con el sueño y hacer de él una misión de vida, ese es el camino.
Esa jornada que incluye, invariablemente, tropiezos y sobresaltos, es también una aventura, en la cual se puede encontrar gran alegría si hay la disposición interior de encarar lo inesperado como una herramienta esencial para el crecimiento.
“Las personas se han olvidado el lenguaje del compromiso, del involucrarse…
Ser un hombre significa ser comprometido, estar involucrado, estar listo para ir hasta el extremo de algunas experiencias. Si eso te atrae, si esto te convence, si esto te convierte, entonces tienes que estar listo para ir a donde quiera que esto te lleve, hasta lo desconocido, hasta donde no hay mapas.
Si, existen muchos miedos y existen muchos problemas a ser encarados y muchos desafíos a ser aceptados, pero es así como las personas crecen, es así como ellas maduran.
Millones de personas en el mundo permanecen inmaduras, infantiles, por la simple razón que no saben como comprometerse. Permanecen sin raíz. Y siempre que un árbol está sin raíz, puedes deducir lo que sucederá.
Poco a poco, toda la energía de ese árbol irá a desaparecer, porque ya no está conectada a ninguna fuente de energía. La savia no fluirá más en él, todo su verde se habrá perdido, no será más joven y vivo. Perderá su brillo, su grandeza, perderá toda su luminosidad y no brotará. Las primaveras vendrán e irán, pero éste permanecerá allí, muerto y seco.”
Osho
