Menu

Disfunciones que llevan a la SEPARACIÓN: 4 - Inhabilidad para negociar

por Luís Vasconcellos em STUM WORLD
Atualizado em 06/09/2009 08:38:49


Traducción de Teresa - [email protected]

Los tratos son no permanentes y deben estar abiertos a la renegociación así que se altere alguna de las condiciones que reinaban cuando se hicieron. La mera existencia de un factor nuevo, pero substancial, motiva su revisión.
Por eso es importante que la pareja esté siempre y permanentemente abierta a la renegociación. El mayor obstáculo visible para que se produzca este estado de prontitud es la costumbre, la rutina y la acomodación al pasado ya vivido. De hecho, ambos están inmersos en un mundo en permanente cambio y transformación, en el cual las condiciones reinantes se modifican enormemente alguna que otra vez.
Si estamos abiertos al otro verdaderamente, hemos de ser capaces de revisiones profundas – si fuese el caso – y de transformaciones rápidas cuando la situación lo exige. Esta condición es lo esperado frente al mundo no familiar o “desconocido”, pero en nuestro mito interiorizado, no debe existir o incluso ha de ser evitada en el mundo conocido y familiar. Así es como nos volvemos adaptados y conformados a situaciones que se vuelven entonces aparentemente inmutables y permanentes.
El robot se instala en nosotros en el momento en que perdemos la PRONTITUD PARA TODO y pasamos a existir en un mundo ilusoriamente inmutable o permanente.
En general los críos pequeños están en condición de prontitud y los adultos jóvenes ya empiezan a perderla.
En una pareja mediana los tratos son encarados como permanentes y si el otro aceptó una determinada condición, entonces esto debe durar para siempre y nunca más exigir adaptaciones nuevas ni esfuerzo suplementario. El hábito es incluso economía orgánica de energía, especialmente la mental…
Con todo, en la pareja madura, una decisión tomada bajo determinadas condiciones es, o debe ser, prontamente abandonada en favor de otra mejor adaptada a las condiciones nuevas o que hayan cambiado.

Vemos películas llenas de robots y androides. Nada muy valioso extraemos de ello. Si lo asistimos a partir de nuestra totalidad, veremos que cada uno de nosotros en vastas áreas es un robot programado, que actúa de forma automática en la mayoría de las situaciones y que casi no reflexiona sobre sus propios programas, tan solo los ejecuta. Si nos damos cuenta del robot que hay en nosotros, podemos “entrar más” en el significado y en la connotación metafórica de ese tipo de películas.

¡¿Quién no se ríe al ver la dificultad del robot para lidiar con una situación nueva, para la cual no ha sido programado?!
¡¿Quién no se divierte con las limitaciones de su “perfecta lógica”, que él demuestra no tener capacidad alguna para percibir?!
Irónico, ¿no es cierto?


estamos online   Facebook   E-mail   Whatsapp

Gostou?   Sim   Não  
starstarstarstarstar Avaliação: 5 | Votos: 1


luis
Luís Vasconcellos é Psicólogo e atende
em seu consultório em São Paulo.



Deixe seus comentários:



Veja também

As opiniões expressas no artigo são de responsabilidade do autor. O Site não se responsabiliza por quaisquer prestações de serviços de terceiros.


 


Siga-nos:
                 


© Copyright 2000-2024 SomosTodosUM - O SEU SITE DE AUTOCONHECIMENTO. Todos os direitos reservados. Política de Privacidade - Site Parceiro do UOL Universa