El Dios en mí, saluda al Dios en ti
por Izabel Telles em STUM WORLDAtualizado em 28/04/2006 18:22:55
Traducido por Melissa Park [email protected]
“Buen día, Izabel!
Durante toda mi vida aprendí que Dios es un Ser que está en el cielo, en un lugar específico. Perohe leído que Dios está dentro de mi, está en la naturaleza, fuera de ella y que Él no hace nada “para mi”. Él se revela “a través de mi”.
Y quien espera lo contrario acaba por sentirse dolido y termina por creer que no existe Creador (este trecho lo leí en el libro de Eva Pierrakos).
Yo no consigo entender esto, yo simplemente no consigo desapegarme de aquel Dios externo que siempre me vigiló y que yo miraba para el cielo cuando oraba a Él. Yo lo veo como un Ser tan apartado de mi, tan afuera de mi mundo como son mis padres y hermanos. Usted tendría algún ejercicio con imágenes mentales que yo pueda hacer para deshacerme de esa idea inicial? Gracias desde ya - Kátia”
Kátia,
Gracias por su e-mail.
Esta mañana, cuando caminaba por el Parque Ibirapuera (un portal donde siempre hablo con lo Divino), reflexioné mucho sobre sus palabras y ahora siento que estoy lista para responder su pedido.
Pienso que usted tocó en una pieza fundamental de nuestro rompe cabezas existencial: fuimos separados de Dios hace muchos siglos y obligados a creer que para estar con Él precisamos pasar por muchos seres que hacen de intermediarios entre nosotros “pobres mortales” y Él “Luz eternamente creadora”.
Para que eso se consiga de manera eficiente, los que sustentan esta teoría edificaron inmensos templos llenos de misterios y silencios donde nos sentimos tan pequeños e indefensos que nunca osaríamos pensar que somos espejos del macrocosmo.
“Crearon también dogmas, leyes, textos que fueron martillados años al filo hasta de esculpir en nuestras mentes padrones de distanciamiento... culpa, penitencia... que nos hicieran creer que somos inferiores, apartándonos de nuestro origen... materializando la vida y despreciando nuestro propio cuerpo, no reconociendo en él el poder de la Creación” – como afirma Ana Zaneli ([email protected]) en su maravilloso libro La poesía de los Dioses ( A poética dos Deuses )
Cuantos murieron en nombre de estas leyes! Cuanto poder económico se construyó en nombre de estas creencias. Cuantas guerras son iniciadas en nombre de Dios!
La fuerza de este ejército es tan gigantesca que está viva en nuestras mentes hasta hoy. Relea su e-mail. Usted aún es una de las víctimas de este proceso criminoso. Ellos consiguieron convencerla de que Dios es un Ser que vive lejos de usted y que para hablar con Él usted precisa mirar para el cielo e imaginar que entre ustedes dos hay una distancia tan gigantesca que nunca será posible alcanzarlo. No sólo usted cree eso. Millares de personas en todo nuestro planeta creen aún en este Dios que puebla su mente. En este Dios vengador y castigador que nos corta las piernas cada vez que queremos saltar para el regazo de Él sin pagar peaje a los “guardianes de las religiones”.
Sepa, Kátia, que no fue Dios que creó estas leyes. Quien las creó fueron los hombres. Los mismos hombres que esparcieron el infierno sobre la Tierra y que nos enseñaron a valorizar la ambición, que instigan la envidia, el odio, la competencia feroz por el oro, la falta de ética y de amor por la naturaleza bajo todas sus formas.
Ana Zaneli afirma en otro trecho de su libro “La existencia es divina, a pesar de nuestra insistencia en ignorar su divinidad. Ella, que es la inteligencia, nos ve a cada uno de nosotros, escucha y habla con nosotros. Pasamos por la vida formalizando apenas nuestro raciocinio, nuestra memoria periférica, egoísta, ignorando cuestiones complejas que la razón no alcanza... Si no tememos asumir lo divino, nuestra historia personal se realizará con armonía y sincronía. Ahí si será posible comprender, saber, crear. Ejercer una existencia libre.”
El ejercicio con imágenes mentales para conseguir incluir Dios en su ahora
En primer lugar, tome para si también la responsabilidad de concertar este error y comience a unir aquello que fue separado. No acepte más sus creencias y combata estos padrones disgregadores: siéntase como una centella divina y viva como tal.
Mire su cuerpo y vea la belleza de esta sinfonía creada por una fuerza de genialidad y amor - un microcosmo que pulsa y que se renueva cada minuto, en cada respiración!
Que es esto si no la fuerza del Divino pulsando en su ser?
Reconozca la libertad y el poder de sus pensamientos para los cuales no existen fronteras. Experimente cerrar sus ojos y, como quiera, como pueda, como sea mejor para usted, dance con los ángeles, cante con los arcángeles y converse con Dios.
Todo eso en un sólo segundo. En la hora, en el tiempo, en el lugar que usted quiera. Y sin gastar ni un centavo!
