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La alquimia interior

por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLD
Atualizado em 02/12/2012 19:41:54


Traducción de Silvana Partucci - [email protected]

Mucho se ha dicho acerca de las transformaciones por las cuales está pasando el planeta Tierra. La tan comentada transición planetaria, que muchos temen por considerar el fin de los tiempos, será determinada, por encima de todo, por un cambio en el patrón de la conciencia de los seres humanos.

Para muchas personas, este término suena como algo absolutamente incomprensible. Muchos me preguntan cómo cambiar este patrón y de qué modo pueden realizar la práctica de la interiorización.

La meditación, que tengo recomendado incesantemente, es uno de los principales pilares en el proceso del autoconocimiento. No es el único. Para aquellos que aún sienten una gran dificultad en practicar técnicas específicas, es posible ejercitar el autoconocimiento por un método, a mi entender, más simple y menos exigente en términos de disciplina y fuerza de voluntad.

Se trata de la observación. A cada momento del día, es posible practicarla sin que sea necesario ninguna técnica o programación especial. Observar inicialmente el cuerpo, sus reacciones, y las sensaciones físicas más explicitas es el inicio todo.

A seguir, observar la mente y el patrón de pensamientos que allí predomina. La simple observación, sin cualquier patrón de juicio, hace que el incesante flujo de pensamientos comience de a poco a desaparecer y a dar lugar a un nuevo estado de ser, donde la armonía y la serenidad se vuelven naturales.

Después, observar las emociones e intentar identificar el origen de cada una de ellas, cual acontecimiento determinó que surjan. Son estas tres dimensiones del ser que precisamos inicialmente conocer, para entonces poder adentrar en un estadio más profundo de conciencia, el del plano divino.
Éste, al contrario de lo que muchos imaginan, no exige ningún mecanismo de busca complejo, pero estará disponible en modo simple y natural, luego que nos habituemos a adentrar en el silencio y la quietud de la mente.

Toda transformación, sea del nivel que sea, sólo se vuelve posible si es realizada en total conciencia. Caso contrario, continuaremos esclavos de patrones emocionales inconscientes, viviendo como robots automatizados, yendo de un lado para el otro sin poder de decisión acerca de nuestra propia vida.

Las tres llaves del autoconocimiento.

En mi visión, la primer cosa que precisa entenderse es que todas las cualidades de tu personalidad, de tu corazón, deben desarrollarse correctamente.

¿Cuál es el segundo? El segundo punto es que debe existir conciencia, pero ninguna represión. Cuanto más reprimes tus sentimientos, más se vuelven inconscientes.

Eres una colección de energías desconocidas. Eres el centro de energías muy desconocidas, con las cuales no tienes ninguna familiaridad, ninguna conciencia.

El conocer te hace un maestro. Dentro de ti, muchas energías, más fuertes que la electricidad, están encendidas chispeando. La rabia, el odio, el amor sueltan chispas dentro de ti.

Transforma tu vida en un laboratorio del interior y comienza a conocer todas esas energías dentro de ti, observarlas, reconócelas. Nunca las reprimas, aunque sea casualmente. Nunca las temas, ni siquiera por engaño, pero intenta conocer lo que sea que existe dentro de ti. Si la rabia viene, siéntete afortunado y agradece a la persona que te hizo sentir rabia, ella te dio una oportunidad; alguna energía surgió dentro de ti y ahora puedes observarla. Obsérvala silenciosamente, aislada, busca para ver lo que es.

Cuanto más crece tu saber, más profunda se vuelve tu comprensión. Cuanto más te vuelves maestro de tu rabia, más percibirás que está bajo tu dominio. El día en que te vuelvas el maestro de tu rabia, será el día en que podrás transformarla.

Solamente puedes transformar aquello de lo cual eres maestro, no puedes cambiar aquello de lo cual no lo eres. Recuerda, nunca puedes ser maestro de algo con lo cual peleas, porque es imposible volverse maestro de un enemigo, solo se puede ser maestro de un amigo. Si te vuelves enemigo de tus energías interiores, entonces, nunca podrás volverte un maestro de las mismas. No puedes vencer sin amor y amistad.

No temas, ni condenes los infinitos tesoros de energía dentro de ti. Comienza conociendo lo que se encuentra escondido en tu interior.
Esta es la segunda llave: no debes reprimir ninguna de tus energías: debes conocerlas, reconocerlas, observarlas e verlas. La observación tendrá dos resultados: primero, el conocimiento de tus propias energías se ampliará y conocerlas te hará un maestro, y segundo, la fuerza del grillete que estas energías tienen sobre ti disminuirá.

Muy lentamente, descubrirás que primero la rabia viene y tú la observas, entonces, gradualmente, después de algún tiempo, descubrirás que cuando la rabia viene, el observador vendrá al mismo tiempo. Y finalmente, descubrirás que cuando la rabia se prepara para aparecer, el observador ya estará ahí. A partir del día en que el observador llega antes de la rabia, no hay más ninguna posibilidad de que esta surja.
La tercera llave es la transformación.

Cada cualidad puede ser transformada. Todo tiene muchas formas, todo puede cambiar a su forma opuesta. No hay calidad o energía que no pueda ser convertida al bien, a la bendición. Y recuerda, aquello que puede volverse malo, siempre puede volverse bueno, aquello que puede ser perjudicial, siempre puede volverse útil. Útil y perjudicial, bueno y malo son direcciones. Es una cuestión simple de transformar cambiando la dirección y las cosas se volverán diferentes.

La forma en que te estás moviendo ahora es equivocada. ¿Cuál es la prueba de que algo está mal? La prueba de que algo está mal es que cuanto más te mueves, más te vuelves vacío, cuanto más te mueves, te vuelves más triste, cuanto más te mueves, te vuelves más impaciente, cuanto más te mueves , más te llenas de oscuridad. Si es esa tu situación, entonces seguramente estás moviéndote de forma equivocada.

Buena ventura es el único criterio para la vida. Si tu vida no es bienaventurada, entonces sabe que estás moviéndote equivocadamente. El sufrimiento es el criterio de estar equivocado y bienaventuranza es el criterio de estar correcto, no hay otro criterio. No hay necesidad de preguntarle a nadie más. Puedes usar ese criterio todo el día, en tu vida cotidiana. El criterio es la bienaventuranza. Es el mismo criterio de testear oro refregándolo en una piedra: el orfebre tirará lo que no sea puro y pondrá lo que es puro en su tienda. Continua chequeando, cada día, utilizando el criterio de la bienaventuranza, observa lo que es correcto y lo que está equivocado.

Lo que está mal puede tirarse y lo que esté bien comenzará a acumularse lentamente como un tesoro.

OSHO, The Innner Journey.


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Elisabeth Cavalcante é Taróloga, Astróloga, Consultora de I Ching e Terapeuta Floral.
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