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La Radiestesia y sus instrumentos

por Maria Isabel Carapinha em STUM WORLD
Atualizado em 04/09/2009 12:25:27


Traducción de Teresa - [email protected]

La palabra Radiestesia significa sensibilidad a energías. Cuántas y cuántas veces hemos entrado en determinados ambientes y no nos hemos sentido bien. Otras veces encontramos a personas y decimos que la energía no casa. Todo esto no es más que nuestra sensibilidad a las energías.
Los instrumentos radiestésicos hacen visibles todos esos efectos que sentimos.
Nuestra mente capta las energías que están a nuestro alrededor y las almacenan en nuestro subconsciente. Cuando accedemos a esas informaciones a través de preguntas objetivas, nuestro brazo envía impulsos neuromusculares y el péndulo amplifica esos movimientos girando en sentido horario o en el sentido inverso. Por convención mundial, hacemos la siguiente interpretación: movimientos en el sentido horario corresponden a respuestas afirmativas SÍ y movimientos en el sentido inverso, a respuestas negativas NO.
Al comienzo de la práctica de la Radiestesia, la dedicación es el camino del éxito. Podemos preguntarnos cómo creer en una respuesta proporcionada por un péndulo. Yo, por de pronto, te respondo: haz ejercicios que puedas comprobar y, entonces, te sentirás segura.

Siempre en mis cursos propongo los siguientes ejercicios:

- Toma una pila, envuélvela en un trozo de papel, gírala de forma que no sepas cuál lado es el positivo y cuál es el negativo. Después con el péndulo en tu mano, señala a uno de los lados de la pila y pregunta: ¿es este el lado positivo? El péndulo girará en el sentido horario caso la respuesta sea afirmativa, o girará en el sentido inverso para una respuesta negativa; desenvuelve la pila entonces y verifica tu respuesta.

- Prepara cuatro vasos de agua. En uno de ellos, coloca un poco de sal, en otro coloca un poco de azúcar y en otro más coloca nuevamente sal.
Tendrás entonces dos vasos de agua con sal, uno de agua con azúcar y otro más solo de agua. Mantén uno de los que contiene agua con sal en tu mano, ese será tu testigo energético.
Pide a alguien que embarulle la posición de los vasos, a fin de que tú no tengas cómo interferir. Con el péndulo por encima de uno de los vasos, ve preguntando: esta agua ¿es energéticamente igual a la que tengo en mi mano? ¿Y esta? Y así sucesivamente; en cuanto haya una respuesta afirmativa, compruébalo mojando el dedo en el agua y probándola.

- Toma diez cartas de la baraja, siendo dos iguales; mantén una de ellas en tu mano y ve preguntando sobre cada una de las otras si es energéticamente igual a la que tienes en la mano. Tan pronto como obtengas una respuesta afirmativa, compruébalo dando la vuelta a la carta.

- Toma una llave y su copia, pide a alguien que esconda esta llave en tu casa, ve de habitación en habitación preguntado si hay allí una energía igual a la que tienes en la mano, hasta que encuentres la habitación; y después el lugar exacto donde la llave se encuentra.
Todos esos ejercicios nos llevan a desarrollar confianza en nosotros mismos. ¿Cómo dudar de algo que estás midiendo si has hecho ejercicios y has podido comprobar que la Radiestesia realmente funciona, bastando para ello captar la energía emitida?

Qué fascinante se hace todo esto, estamos midiendo y tenemos la certeza absoluta del diagnóstico proporcionado; y si el diagnóstico proporcionado es exacto, podemos afirmar con toda convicción que la cura presentada traerá los resultados que deseamos.
Personalmente prefiero trabajar con la Radiestesia en las horas de la mañana, cuando nuestra mente está vacía, tranquila y serena.
Siempre me gusta mucho contar historias, pues con ellas es posible demostrar de manera práctica las diversas aplicaciones de esta maravillosa ciencia que está al alcance de todos.

Tengo una amiga a quien le encantan los perros, y como los suyos solamente no la llenan, ella se dedica casi de manera integral a cuidar de perros que encuentra abandonados por la calle; y además de cuidarlos, tiene siempre la siguiente misión: encontrar la casa de donde han salido. Obsérvese que los perros perdidos andan mucho, no se puede tener una idea de esto hasta que se acompañan muchas historias.
Normalmente, le ayudo en esta búsqueda sin fin, pues en su caso, al encararlo como misión de vida, los casos son innumerables. Pero uno en especial me llamó la atención. Cierto día, esta amiga me telefonea y dice: tengo un perro en casa que encontré en una avenida principal cerca de mi casa. Es un precioso pastor alemán, y está muy triste.
Sé del amor que ella tiene hacia los bichos y no le di demasiada importancia, pues solo era un caso más. Lo que siempre hago es pedir un poco de pelo del bicho, a fin de que sea mi testigo energético de búsqueda, y después le doy el diagnóstico. En esta etapa de la descripción, cabe un paréntesis: son innumerables los casos que veo de abandonos intencionados, o sea, los dueños se mudan de apartamento o se mudan de ciudad y simplemente sueltan al bicho en la calle. Ese es mi paréntesis de indignación, pero vamos a la conclusión de esta historia que tuvo un final feliz.

Ese día en que ella acudió a mí, yo estaba cerca de su casa y le dije que pasaría por allí para recoger algo de pelo del perro. Cuando llegué y vi el perro, me pareció lindo de veras, pero sumido en una tristeza que conmovía a cualquiera que lo mirase. Me quedé completamente sensibilizada y deseando encontrar cuanto antes la casa de dónde él había partido.
Allí mismo empecé las búsquedas, sirviéndome de un mapa con los barrios más cercanos; fui a encontrar una energía semejante a unos 10 km de donde estábamos; no daba con la calle exacta, pues el perro ya llevaba perdido algún tiempo, por las condiciones en que se hallaba.

Esta amiga mía, que siempre ha otorgado gran credibilidad a la Radiestesia, en ningún momento me lo cuestionó, pese a la mucha distancia, solamente informó de que los perros perdidos andan mucho; vamos a hacer lo posible por encontrar a sus dueños, si es que no lo abandonaron a propósito.

El método que empleamos en estos casos es siempre el mismo: identificamos el barrio, y entonces colocamos carteles en tiendas de mascotas de por allí, gasolineras, clínicas veterinarias, quioscos de prensa.
Y, en este caso, sucedió lo siguiente: la nieta de la dueña del perro, que también vive en el mismo barrio, vio el anuncio y telefoneó a mi amiga.

Para terminar, en pocas palabras, su abuela de 83 años era la dueña del animal y se encontraba en pésimas condiciones de salud tras la desaparición del perro, que salió por el portal, dejado abierto por un descuido.
El encuentro fue emocionante, según el relato de mi amiga. Me dijo que solo había que estar allí para sentir el amor entre la dueña y el perro.Aquí finalizo mi artículo de esta semana diciendo que todo esto solo ha sido posible con auxilio de esta maravillosa ciencia que actúa en los más diversos campos de nuestras vidas, y que está al alcance de todos, pues ya hemos nacido todos radiestesistas, solo hace falta perfeccionar nuestros conocimientos. ¡Nos vemos la próxima semana!


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isa
Maria Isabel Carapinha é colaboradora do site, radiestesista e trabalha também com Feng Shui.
Ministra cursos e faz atendimentos em residências e empresas.
Trabalha também com a mesa radiônica fazendo atendimentos em seu consultório ou à distância.
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