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Libertándose de los juicios

por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLD
Atualizado em 08/04/2020 11:35:07


Traducción de Silvana Partucci
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Para vivir una existencia plena, es imprescindible que se cultive una autoconfianza sólida, que sea inmune a cualquier tipo de crítica o juicio.

¿Cómo alcanzar tal estado, si somos condicionados desde muy temprano a conceder una enrome importancia al juicio que los otros hacen a nuestro respecto?

Obtener la aprobación ajena es, para muchas personas, el foco principal de la vida, pues sin esto, son incapaces de reconocer en si mismas cualquier valor.

Deconstruir ese yo frágil y dependiente no es una tarea fácil, pero el primer paso es ser capaz de percibir todas las cualidades intrínsecas que poseemos; y esto, créanlo, depende únicamente de una observación atenta de nosotros mismos. Mientras no reconocemos los talentos con que la vida nos obsequio, seguiremos inseguros y en la eterna expectativa de que los otros nos validen.

Compararse a los demás es el mayor error que podemos cometer durante ese proceso, pues cada ser humano es único y posee habilidades que son solamente suyas, por lo tanto, no hay por qué considerarse mejor o peor que nadie, sino apenas diferente.

Todos, indistintamente, poseemos un potencial intrínseco para ser desarrollado de modo pleno. La existencia da a cada uno de nosotros el mismo valor, sin ningún tipo de distinción.

Por lo tanto, descubrir nuestros tesoros interiores y expresarlos en el mundo, solo depende del reconocimiento de esta verdad y de una mirada amorosa que cada uno debe tener, antes de todo, para si mismo.

"Todos nosotros nacemos sin un ego. Cuando el niño nace, él es apenas consciencia: flotando, fluyendo, lúcido, inocente, virgen, sin ego. De a poco, el ego es creado por los otros. El ego es el efecto acumulado de las opiniones de los otros sobre ti.

Un vecino llega y dice: "¡Qué niño bonito!" y lo mira con una mirada de apreciación. Entonces, el ego comienza a funcionar. Alguien sonríe, otra persona no sonríe. Algunas veces la madre es muy cariñosa, otras veces está muy enojada.

Y así el niño va aprendiendo que no es aceptado como es. Su ser no es aceptado de forma incondicional: hay condiciones a ser satisfechas. Si grita y llora y hay visitas en casa, su madre se enoja. Si grita y llora, pero no hay visitas en casa, a la madre no le importa.

Si no grita ni llora, la madre lo recompensa siempre con besos amorosos y con cariño. Cuando hay visitas, si el niño sabe quedarse quieto, en silencio, su madre se pone muy feliz y lo recompensa. Así va aprendiendo las opiniones de los otros sobre si mismo mirando el espejo de las relaciones.

No puedes ver tu rostro directamente, tienes que mirar un espejo y en el espejo puedes reconocer tu rostro. Ese reflejo se vuelve tu idea de tu rostro y hay millares de espejos a tu alrededor, todos reflejando algo. Alguien te ama, alguien te odia, alguien es indiferente.

Y entonces, de a poco, el niño crece y continua acumulando las opiniones de las otras personas. La esencia total de esas opiniones de los otros constituye el ego. El sujeto comienza a verse a si mismo de la forma como los otros lo ven. Comienza a mirarse de afuera: eso es el ego.

Si las personas gustan de él, lo aplauden, él piensa que es bello y que está siendo aceptado. Si las personas no lo aplauden y no gustan de él, rechazándolo, se siente condenado. Y así está continuamente buscando formas y medios de ser apreciado, para ser repetidamente afirmado de que posee valor, que posee un mérito, un sentido y un significado.

Entonces, ese sujeto pasa a tener miedo de ser él mismo. Es necesario encajarse en la opinión de los otros. Si dejas de lado el ego, súbitamente te volverás nuevamente un niño. No estarás más preocupado con lo que los otros piensan sobre ti, no prestarás más atención a aquello que los otros dicen de ti.

En ese momento, habrás dejado caer el espejo. Éste no tiene más sentido: el rostro es tuyo, entonces ¿por qué preguntarle al espejo"?


Osho, Osho de A a Z: Um Dicionário Espiritual do Aquí e Agora.


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elisa
Elisabeth Cavalcante é Taróloga, Astróloga, Consultora de I Ching e Terapeuta Floral.
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