Moral moderna: ¡mentiras que contamos... a nosotros mismos!
por Adília Belotti em STUM WORLDAtualizado em 07/11/2007 17:18:52
Traducción de Teresa - [email protected]
He leído tu artículo "Moral Moderna". Actualmente paso por la situación de estar envuelta con un hombre casado y aunque me haya enamorado y liado con él de hecho hace más de dos años, desde el principio he venido píamente procurando romper la relación, por sentir profunda irritación y malestar con la situación. Pregunta: ¿será esta una reacción interna, movida por los prejuicios y la moral o ética externa aceptados por mí consciente o inconscientemente, o será de veras una ética interna particular, de alma? ¿Podría abordar la ética en las relaciones? S.
No soy radical, lejos de mí tal cosa. Considero que ninguna tarta de chocolate hecha con cariño, no importa cuán ladrillo e insípida sea, merece un “¡qué porquería, está horrible!” Para mí, los límites de la mentira son siempre la gentileza, la cortesía y la compasión...
Tampoco soy de aquellas que consideran que el amor verdadero entre parejas – de cualquier tipo, color, y formato – presuponga el cotilleo invasor de los recovecos del uno por el otro. Existen rincones en el alma que no carecen de ser exhibidos, ni compartidos. Ni buenos ni malos, ni vergonzosos, ni indignos, son nuestros... ¡apenas!
Sin embargo...
S., dime una cosa, ¿qué diferencia hay si tu malestar por el hecho de estar liada con un hombre casado es una reacción a una ética externa o bien obedece a un principio moral interno, como dices tú, “de alma”? Tú eres la que está perturbada por ello, ¿no es cierto? Tú eres la que se siente mal con la situación que estás viviendo y tú eres la que has de responder todos los días ante el espejo: ¿puedo sentirme una persona ética aunque esté engañando a otro?
En todas las cuestiones éticas y/o morales, lo que está en juego es siempre la adhesión. Los sociópatas son personas que no consiguen comprometerse con los valores colectivos, ¿no es cierto? Nosotros, no. Nosotros queremos y necesitamos estar alineados con los demás. Nuestra adhesión a los valores colectivos refleja nuestra creencia en estos valores.
El problema es que no siempre conseguimos hacer que nuestra acción camine a la par con nuestras creencias. Eso vale a la hora de alinearse con los principios éticos, vale a la hora de empezar una dieta, de dejar de fumar, de osar colocar sueños en la vida, de provocar esos cambios que serían como una voltereta en nuestro “destino”...
Todos los seres desean ser felices y evitar el sufrimiento, enseñan los maestros budistas. Pero ¿qué pasa cuando tu deseo de ser feliz colisiona con el mío? Exactamente en el segundo que tardamos en responder a esta pregunta, es donde entra la ética.
“Por estar nuestros intereses inextricablemente ligados, somos impelidos a aceptar la ética como una interfaz indispensable entre mi deseo de ser feliz y el tuyo”, dice el Dalai Lama, en un libro fundamental: Una Ética para el Nuevo Milenio.
¿Has visto? La ética es algo muy sencillo... rodamos, rodamos y siempre estamos hablando de felicidad y de sufrimiento. El nuestro y el de los demás. Porque, aquí entre nosotros, no es posible ser feliz de verdad a costa del sufrimiento del otro, ¿cierto?
Y ser engañados nos hace sufrir. Y tú, a lo que se ve, estás siendo engañada desde hace años... lo que pasa es que estás tan preocupada por no mentir que no te has dado cuenta... quien está siendo engañada eres tú. A ti es a quien mienten... y es con TU sufrimiento con lo que has de aprender a lidiar...
Equilibrar nuestro deseo de felicidad con nuestra aversión al sufrimiento, el nuestro y el del otro, es tarea delicada, intransigente, exige disciplina y ejercicio. El nudo de las relaciones a base de “yo no consigo aceptar ninguna cortapisa a mi placer, luego lo más fácil es mentir” es cosa bastante difícil de desatar...
Y, en general, no tiene nada que ver con la ética, sino con la motivación, el respeto propio, la autoestima, la confianza, la alegría de vivir...
Nadie tiene una receta, pero estamos aquí, siempre que quieras charlar... ¡buena suerte!
Ah, y lee el libro del Dalai Lama. Es realmente refrescante mirar la ética y la moral desde su punto de vista... en idioma portugués.
Uma ética para o novo milênio, Su Santidad el Dalai Lama, Editora Sextante
