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Mujer, el sexo delicado

por WebMaster em STUM WORLD
Atualizado em 08/04/2020 11:34:25


por Isha
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Traducción de Teresa
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Cuando era joven, yo era abierta y confiada. Mi escuela de señoritas al estilo victoriano era muy rígida y veía con malos ojos este comportamiento que estaba considerado como poco femenino. Se trataba de interpretar el papel de muchacha dulce y suave, con poco éxito, pero más tarde en la vida me he dado cuenta de que al hacerlo, había abandonado gran parte de mi fuerza y poder. Había aprendido a actuar siendo menos para que los demás se sintiesen a gusto conmigo, ocultando mi ira detrás de un disfraz de niña dulce, no manteniéndome fiel a mi corazón ni confiando en mis convicciones.

Desde la inocencia de la infancia, yo no podía concebir una razón por la cual tendría que ser diferente de los niños. Yo jugaba al disco y al dardo y corría en la pista de larga distancia, comparando mis tiempos alcanzados con los registros establecidos por mis ídolos olímpicos. Aprendí actividades al aire libre con mis tíos en el campo y aunque mi abuela trató de entrenarme en más actividades domésticas, mi verdadero interés se dirigía más allá de la valla hacia el horizonte de los territorios salvajes del mundo natural. Domé por primera vez un caballo cuando sólo tenía doce años y desde entonces he seguido avanzando por ese camino, convirtiéndome en una de las mejores entrenadoras en esta área ecuestre, que estaba dominada básicamente por los hombres. Pero era mi pasión lo que me impulsaba, con independencia de si estaba considerada como adecuada para una mujer o no.

¿Fue esa conquista más o menos importante que dominar el arte de tejer, de cocinar, o la maternidad? No, era sólo diferente. Debemos escuchar lo que nuestro corazón desea para que nuestras acciones siempre reflejen nuestro ser, que vibra en unísono con nuestra fuerza interior, en vez de hacer por obligación o porque es lo que se espera de nosotras.
Muchas bellas cualidades van típicamente asociadas a la feminidad: la gracia, la emoción, la creatividad, la energía nutritiva de la maternidad. Desde entonces comparte esos dones con el mundo, celebra tu feminidad, pero no trates de encajonarte en esas conductas, haz lo que te sea natural. Si tu personalidad no se encaja en el molde "típico" femenino, no trates de comprimirte para alcanzarlo. Abraza tu singularidad y celebra la idiosincrasia que te hace ser únicamente tú misma.

Algunas mujeres se hacen de tontas para que sus hombres se sientan fuertes e importantes y aparentan ser inofensivas. ¡Este es el mayor abandono de sí mismas y no ayuda en nada a encontrar su fuente de poder personal! ¿Cuántas mujeres no han venido sofocando su poder, haciéndose pequeñas y aceptables? Nuestro potencial es ilimitado, pero dudando y siendo inseguras, hemos aprendido a evitar nuestra grandeza. ¿Cuántas posibilidades quedan por descubrir?

Incluso hoy día, en el siglo XXI, la experiencia de la feminidad se extiende entre las polaridades extremas. Por una parte están las mujeres que desarrollan su potencial al límite de los éxitos humanos: las científicas que participan en algunos de los descubrimientos más importantes de nuestros tiempos, o las que viajan al espacio en misiones científicas que eran ciencia-ficción hace tan sólo medio siglo. Por otra parte, aún hay lugares en el mundo donde la mutilación genital femenina es algo corriente e incluso donde las mujeres son apedreadas hasta la muerte, castigo socialmente aceptado para aquellas que no respetan las normas de su cultura.

Entre estos dos extremos se halla una rica y variada serie de experiencias, mujeres de todos los colores y de todas las naciones, de todas las tradiciones y orígenes, añadiendo un nuevo capítulo a la historia diversa y vibrante de la mujer en el mundo. La mayoría de nosotras hemos adoptado las costumbres de nuestra cultura, alimentando la mente subconsciente con temores y dudas que nos mantienen aferradas a los patrones autodestructivos que hemos aprendido a imitar.

No obstante, siempre están aquellas que han venido superando las dificultades de sus circunstancias, en pie, como faros de inspiración, su presencia y triunfos susurrando: "Sí, se puede", al resto de nosotras.
Cuando empezamos a expandir nuestra conciencia y empezamos a abrazarnos y a aceptarnos a nosotras mismas, podemos empezar a revertir esa tendencia. Llegamos a percibir que por medio de la eliminación de nuestras creencias limitantes y de la limpieza de nuestra ventana de percepción, estos cambios internos originan entusiasmo y gratitud en nuestro medio y a su vez nos reavivan en un estado de asombro dentro de nosotras mismas que impregnará todos los aspectos de nuestra vida.

Contemplación para la Mujer
¿En qué áreas eliges la pasividad y abandonas tu poder por aquello que se espera de ti como mujer?

Afirma: Como mujer puedo estar en mi poder, ser fuerte y decir mi verdad. Yo no necesito abandonarme en un dar sin fin para demostrar mi importancia. Soy importante y he de ser responsable por amarme a mí misma.


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