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Psicoterapia Reencarnacionista - Parte 3

por Mauro Kwitko em STUM WORLD
Atualizado em 01/08/2005 13:10:50


Traducido por Teresa - [email protected]

La 1ª consulta
De modo semejante a los psicoterapeutas que solamente tratan la vida actual de sus pacientes, en la 1ª consulta buscamos analizar la personalidad de nuestro paciente, detectar sus características, sus pensamientos y sentimientos, sus aspectos positivos y negativos, hacemos un análisis de cómo es el paciente, cómo fue (o cómo es) su infancia, su padre, su madre, sus relaciones, en qué debe mejorar, etc.
Sin embargo como el psicoterapeuta reencarnacionista no se atiene solamente a esta encarnación sino que trabaja con el paciente la búsqueda de su evolución espiritual, debemos ir mostrándole desde la 1ª consulta que sus inferioridades y negatividades constituyen la finalidad de esta su actual encarnación. El objetivo siempre es el 'real aprovechamiento de una encarnación'. La gran diferencia entre la Psicoterapia Reencarnacionista y la Psicología tradicional, que se limita tan sólo a esta vida, está en cómo escuchamos la historia del paciente, en cómo interpretamos aquello que nos dice y en cómo vamos a trabajar el material analizado. En vez de buscar en la infancia lo que ha generado esas características inferiores o quiénes hayan sido los "villanos" o las "situaciones-villanas" que aparentemente han dado lugar en el paciente al dolor moral, a la ira, a la sensación de inferioridad, miedos, etc., raciocinamos en términos de una personalidad congénita, pues sabemos que nuestras características, pensamientos y sentimientos son anteriores a esta actual encarnación. Los "villanos" y las "situaciones-villanas" son elementos del Karma, los gatillos necesarios para el afloramiento de aquello que ha venido para ser mejorado o eliminado.

El psicoterapeuta reencarnacionista ha de mantenerse atento a la pregunta "¿Por qué?" y debe analizar la infancia del paciente como la continuación de la encarnación pasada, siendo que todos los elementos de análisis han de tener en cuenta el merecimiento y la necesidad.

El merecimiento se basa en la Ley del Retorno (Karma) por la cual la Armonía Universal (que aquí en la Tierra denominamos Dios) simplemente nos devuelve aquello que hemos hecho de negativo o de positivo. La necesidad es lo que precisamos encontrar (personas y situaciones) para que afloren nuestras imperfecciones, para que sepamos qué tenemos que mejorar, o curar, en nosotros.
El psicoterapeuta reencarnacionista debe, durante la 1ª consulta, escuchar la historia de su paciente preguntándose interiormente "¿por qué?" ¿Por qué ha venido hijo de aquella madre? ¿Por qué hijo de aquel padre? ¿Por qué reencarnó en una familia pobre? ¿Por qué en una familia rica? ¿Por qué ha venido en una "cáscara" bonita? ¿Por qué en una fea? ¿Por qué un defecto congénito? ¿Por qué su madre o su padre quieren más a un hermano o hermana que a él (ella)? ¿Por qué le quieren más a él que a otro hijo(a)? ¿Por qué ha venido a pasar por tal situación?

La 1ª consulta en Psicoterapia Reencarnacionista es la más importante de todas, porque en ella comenzamos la búsqueda para entender la finalidad de la encarnación del paciente. Y este trabajo prosigue en las demás consultas. Mas es preciso que el psicoterapeuta reencarnacionista conozca y transmita a sus pacientes la noción de que, si estamos insertos dentro de una estructura perfecta, de una Armonía Universal, y estamos recibiendo, en nuestra infancia o en el transcurso de la vida, situaciones que no nos parecen buenas, que nos hacen daño, que hacen aflorar en nosotros sentimientos de ira, pena, etc., hemos de cuestionarnos por qué la Perfección, Dios, nos está ofreciendo esto. Y en vez de constituirnos en víctimas y caer en tristeza o en odio, debemos entender que todo sigue la Ley del Retorno, es decir, la Perfección nos devuelve lo que hemos hecho, en una retribución inevitable y natural. Y esto se aplica a lo que de negativo y de positivo, de malo y de bueno hayamos hecho. Asimismo nos vamos encontrando a seres con los que estamos ligados energéticamente, por cordones positivos o negativos. Todo esto hace con que se estructure una infancia para nosotros, padres, hermanos y otras personas y que nuestra vida terrena transcurra con hechos y situaciones enganchadas a estas cuestiones de Karma, de reencuentros, de necesidad, de merecimiento.

No existe el castigo y sí oportunidades de aprendizaje, de crecimiento, de purificación, durante miles y miles de años, en este planeta. He escuchado centenares de relatos de regresiones de personas que sufren bastante en esta vida y se encuentran con que sus sufrimientos tienen su origen allá atrás, muchas veces en siglos distantes, y de este modo entienden realmente esta ley universal, la Ley de Acción y Reacción. Cuando hacemos sufrir a alguien, siente el que sufre, pues el causante del sufrimiento siempre cree tener razones para obrar así, y la Perfección, entonces, automáticamente, le devuelve ese acto para que, una vez pase por lo mismo, se dé cuenta de que no debe causar daño a nadie. El sufrimiento enseña lo que está mal al que sufre, el apaleado aprende cuánto duele eso, el que sufre abandono aprende que esto es doloroso... Todo lo que hacemos retorna a nosotros en la misma proporción, tanto lo equivocado como lo acertado, en esto consiste el Karma, es la verdadera Justicia Divina.

En la 1ª consulta dejamos que el paciente hable durante unos 30 minutos y después empezamos a colocar en su historia la Reencarnación, principalmente utilizando el método del "¿Por qué?" Si el paciente no entiende bien lo de la Reencarnación, debemos, poco a poco, ir hablando con él sobre ella, indicarle libros sobre el tema (acostumbro a recomendar los libros espíritas, principalmente los de Allan Kardec y de André Luiz). La 1ª consulta es una gran oportunidad para hablar con el paciente sobre la finalidad y el aprovechamiento de una encarnación. Pero esto ha de hacerse de una manera amorosa, amigable, con sencillez, desprovista de cualquier postura profesoral, arrogante, orgullosa. El psicoterapeuta reencarnacionista debe colocarse como un amigo, un hermano, un compañero de jornada, no como alguien distante, un ser superior, un"sabihondo". Algunas veces, ha de sentarse al lado del paciente y garabatear en una pizarra un esquema reencarnatorio, colocando en el dibujo el Plano Astral y el Plano Terreno, procurando enseñarle la noción de personalidad congénita, incitándolo a pensar sobre el "por qué" de haber venido con aquel padre, aquella madre, en aquella situación familiar, de estar pasando por aquel conflicto, etc. Podemos decirle que cuando estaba en el Plano Astral había millones de padres y madres aquí abajo, ¿por qué tuvo que venir hijo(a) de aquellos? Y siempre enfocando la búsqueda de la evolución espiritual, del crecimiento, de la purificación. Las consultas de Psicoterapia Reencarnacionista han de llevar un sello espiritual, pero sin afectación, sin apariencia religiosa, manteniendo el carácter de una terapia. El psicoterapeuta que se juzga superior a sus pacientes, reencarnó para curarse del orgullo... Lo principal, en cualquier Psicología, es el amor que circula durante las consultas.

La función del psicoterapeuta reencarnacionista, desde la 1ª consulta, es colocar la Reencarnación en la vida cotidiana de sus pacientes. Podemos comenzar ayudándoles a releer su infancia, recordarles que cada cual reacciona a su manera ante los acontecimientos de la infancia y del transcurso de la vida, es decir, quien reencarnó para curar el dolor moral, siente dolor moral, quien reencarnó para curar la ira, siente ira, quien reencarnó para curar el miedo siente miedo, quien reencarnó juzgándose inferior se siente inferior, quien reencarnó con orgullo siente orgullo y así sucesivamente. No quitamos valor a la infancia, y esa es una crítica que recibimos frecuentemente, ya que es evidente que los acontecimientos del inicio de la encarnación son aquellos que más marcan a una persona, pero no la vemos como un inicio sino como una continuación, y en ella enfatizamos, principalmente, la necesidad de que comience el afloramiento de aquello que ha venido para ser mejorado en cada uno de nosotros al reencarnar. Muchas veces nuestras imperfecciones aumentan durante la infancia, por obra de las personas o situaciones-gatillo, pero raramente vemos que en la infancia comience alguna inferioridad marcante. Cuando es de poca intensidad, una pequeña pena, una rabieta, pueden haberse iniciado en la vida actual. En casi todos los casos de regresión, los pacientes encuentran en sus encarnaciones pasadas aquello que sienten (pena, ira, miedos, fobias, sensación de inferioridad, abandono, soledad, etc.), constatando así que esas características y sentimientos negativos no han tenido su origen en las interacciones personales en conflicto de esta vida actual, sino que sólo los hicieron aflorar. El dolor moral, la ira y otros sentimientos frecuentemente duran centenares de años y salen a la superficie en la interacción con un Espíritu con el cual mantenemos un antiguo conflicto, generalmente nuestro padre, madre, un hermano, marido, esposa, etc. Como hemos visto antes, una característica inferior de personalidad o un sentimiento inferior puede iniciarse en la actual infancia, pero entonces suele ser de baja intensidad. Sin embargo, una pena muy grande, una rabia muy intensa, un fuerte miedo, una sensación intensa de inferioridad, una enorme soledad, siempre son muy antiguas, por lo regular ¡de varios siglos de duración! Y ¿por qué no han venido disminuyendo en intensidad o siendo eliminadas? Porque en cada vida la persona cree que aquel sentimiento, aquella sensación, ha comenzado ahora, en esa vida que está viviendo, en su infancia generalmente, lo cual es un grave error incentivado por la Psicología, heredera de antiguas ideas religiosas no-reencarnacionistas.

Hemos de recordar a los pacientes, desde la 1ª consulta, que nosotros hemos bajado para el Plano Terreno a fin de encontrar nuestras imperfecciones y que, para eso, nos topamos con situaciones que juzgamos negativas, desagradables, pero que son necesarias para saber qué es lo que debemos mejorar en nosotros mismos. En el Plano Astral, por la elevada frecuencia del lugar, se activan nuestros chakras superiores y se desactivan los chakras inferiores, ocultando así nuestras imperfecciones, que no obstante no desaparecen. Para que desaparezcan, necesitamos volver a enfrentarnos a ellas, y con tal objeto hemos descendido a este lugar de frecuencia baja, donde nuestros chakras inferiores vuelven a activarse y aquéllas se revelan.

Sin embargo, el problema es que la Psicología tradicional, no-reencarnacionista, afirma que lo que sentimos se ha producido en la convivencia con los "villanos" y esto está tan fuertemente implantado en la gente que aun los reencarnacionistas creen en ese equívoco. Pero es normal que la Psicología afirme que todo se ha iniciado en la infancia, pues si no trabaja con nada de ahí para atrás, ¿dónde habrían de iniciarse las cosas? Nosotros no existíamos antes. Una de las tareas principales del psicoterapeuta reencarnacionista es descontaminar sus pacientes de esa visión oficial equivocada y, muchas veces, ¡esa es la principal tarea en la consulta! La gente está tan acostumbrada a analizar su vida desde la infancia, y las conversaciones con amigos, parientes, siempre giran en torno a eso, que es dificil hacer cambiar a un paciente esa manera de ver. Pero sin ese cambio, el trabajo del psicoterapeuta reencarnacionista no se concreta, ya que lo principal en un tratamiento con la Psicoterapia Reencarnacionista es que el paciente entienda lo referente a la Reencarnación, colocarla en su vida, divisar la infancia como una continuación de las encarnaciones anteriores, percibir, en los acontecimientos de su día-a-día, los retornos positivos o negativos (Karma) y entender la necesidad de los gatillos para hacer aflorar sus inferioridades. En otras palabras: recogemos lo que hemos plantado.

Los términos "vida actual", "vidas pasadas", son equivocados y propician que la gente no esté muy atenta a la continuidad de la vida, pero como están bastante esparcidos continuan siendo usados. Una nueva encarnación es como un día después de otro, un año después de otro. Como nuestra "cáscara" no puede durar para siempre, por regla general no pasa de ochenta o noventa años de uso, precisamos renovarla, y a esto se le llama "otra vida". Pero somos nosotros mismos, nuestra personalidad, nuestros gustos, hábitos, tendencias positivas y negativas, todo continua, los mismos actores, la misma pieza, solamente cambian el escenario y los papeles. Muchas veces el hijo ya fue madre de la madre, la madre ya fue hijo del hijo, el marido ya fue esclavo de un hijo, la esposa ya fue capataz del marido, un hermano ya fue amo del hermano, y esos papeles van cambiando, encarnación tras encarnación, sin embargo la personalidad de todos nosotros es siempre la misma. Claro que va mejorando, gradualmente, encarnación tras encarnación, cincelándose, mas no da saltos, no cambia radicalmente. Por lo que advertimos en las sesiones de regresión no somos demasiado competentes para mejorar nuestras imperfecciones, y permanecemos muy parecidos encarnación tras encarnación, principalmente, como he dicho antes, por el hábito de analizar la vida tan sólo a partir de la infancia. Este es el más flaco servicio que la Psicología tradicional ofrece a la humanidad, colaborando para retrasar nuestra evolución. Poca gente consigue entender que ha bajado para eliminar el resentimiento en esta actual encarnación, y al mismo tiempo, mejorar su relación con un Espíritu antagonista que puede ser su padre, su madre u otras personas. Pocos entienden que han venido a eliminar la ira al lado de quien les hace exteriorizar esa emoción inferior. Y quien nos ayuda a conocer nuestras inferioridades, ¿nos está haciendo un mal o un bien? Depende de quien esté viendo la situación, si nuestro Yo Inferior o nuestro Yo Superior, pues el de abajo, frecuentemente, lo ve todo equivocadamente y se hace de víctima, siente odio o rencor, porque no se acuerda de su pasado remoto, ni recuerda para qué ha reencarnado, a veces ni siquiera sabe que ha reencarnado, sin embargo el de arriba sí lo sabe, ha visto ya repetirse esta historia tantas veces antes...

Quien nos hace aflorar la pena, la ira, el sentimiento de rechazo, está obrando como instrumento de la Perfección para mostrarnos qué debemos curar en nosotros y esto forma parte de la Justicia Divina, del retorno. Pero ¿cuántos consiguen realmente entender esta cuestión? Es tarea del psicoterapeuta reencarnacionista hacerlo ver a sus pacientes, pero para ello debe estudiar y conocer profundamente la Reencarnación, no desde el punto de vista anticuado de culpa y castigo, de pagar, de sufrir, sino bajo el punto de vista que al respecto tiene el mundo espiritual, de oportunidad de crecimiento, de armonización, de purificación.



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clubestum Mauro Kwitko é médico auto-licenciado do Conselho de Medicina para poder dedicar-se livremente ao seu trabalho como psicoterapeuta reencarnacionista. Em 1996, começou a elaborar e divulgar a Psicoterapia Reencarnacionista. É fundador e presidente da ABPR. Ministra Cursos de Formação em Psicoterapia Reencarnacionista e Regressão Terapêutica há muitos anos, tendo formado centenas de psicoterapeutas reencarnacionistas.

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