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Recorrer el mismo Camino

por Graziella Marraccini em STUM WORLD
Atualizado em 24/06/2010 15:28:54


Traducción de Teresa - [email protected]

En este período en que el campo astral nos incita a hacer cambios – cuestión discutida en mi artículo anterior – he estado cavilando acerca de la dificultad que enfrentamos para hacer efectivos esos cambios en nuestras vidas y deseo reflexionar sobre ese tema con vosotros. En mi opinión, nosotros estamos presos en armadillas desde nuestra infancia, condicionados por la cultura local y familiar, por los medios de comunicación, en fin, por el ambiente en que hemos crecido. Nuestra vida actual es materialista en extremo y aparentemente eso dificulta nuestros esfuerzos por conseguir salir libres de ese condicionamiento. Corremos en pos de la felicidad efímera proporcionada por los placeres materiales y olvidamos que un día despertaremos y nos daremos cuenta de que no hemos vivido, realmente, nuestra propia vida. Naturalmente, como astróloga y estudiosa de ocultismo, yo me cuestiono interiormente sobre la razón de mi existencia, sobre mi misión de vida. Por ello abandoné una profesión prometedora y muy bien remunerada para dedicarme a los estudios esotéricos: yo necesitaba respuestas y, más que nada, ¡tenía necesidad de sentirme conectada a los otros seres humanos! Esa Unión con el Todo me encaminó a los estudios esotéricos. Ese anhelo me empujó a buscar en el ocultismo aquellas respuestas que ninguna ciencia sabía darme. Años de estudios y muchos cuestionamientos más tarde, he llegado a la conclusión de que los caminos que nos llevan al UNO son muchos y todos válidos, pero pasan necesariamente por la Evolución Espiritual. Cada uno de nosotros busca aquel camino que mejor se adapta a su propia personalidad, por tanto, a su tema de vida, pero siempre será un camino en dirección a la Unión con el TODO; caso contrario, no habrá evolución.

El Camino de la Vida (cito a Michael Odoul) es una especie de hilo conductor que todo ser humano sigue a lo largo de su existencia. Ese camino puede compararse al guión de una película, es un derrotero a seguir. Ese derrotero se nos proporciona al nacer, al encarnarnos, y está delineado en nuestro mapa astral de nacimiento. No obstante, de qué forma seguiremos ese camino dependerá de nosotros mismos, de nuestra determinación y de nuestro discernimiento. ¡Muchas veces caminaremos ciegos por sendas ya recorridas por nuestros antepasados sin siquiera cuestionar si el camino que realmente queremos para nosotros sería exactamente ese! En artículo antiguo (publicado en el STUM) yo comparaba la interpretación del mapa astral natal con un arcano del tarot: el de número 7 – El Carro. Haré un nuevo resumen de mi pensamiento.

En este Arcano vemos dos caballos (Yang – blanco, y Yin – negro) que tiran de un carruaje conducidos por un cochero (un conductor) que está de pie, bien al centro del carruaje. Los caballos simbolizan nuestros instintos y emociones (en algunos tarots son cuatro caballos, simbolizando los cuatro elementos). El cochero que conduce el carruaje simboliza nuestro Yo Consciente, nuestro mental (Mercurio), condicionado por las necesidades del Ego (la Luna), de Venus (placer) y de Marte (instinto reproductor). En artículos anteriores yo ya había analizado ese condicionamiento lunar como siendo relativo al ambiente familiar y a las reacciones emocionales resultantes de la pequeña infancia. El Yo Interior o Guía Interior, como queramos llamarlo, tiene asiento ‘dentro del carruaje’, y es como un pasajero, condicionado en esta encarnación por la estructura del cuerpo físico (el carro), y por la dinámica impuesta por los caballos (necesidades emocionales) así como por las condiciones del camino (medio ambiente social y cultural).

Al comienzo de nuestro viaje el Yo Interior proporciona una hoja de ruta al cochero, con el propósito de instruirlo sobre la meta a alcanzar en esta vida. El Yo Interior conoce la meta, pues él la ha elegido antes de la encarnación. El cochero, entonces, toma la hoja de ruta y va llevando el carruaje por el ‘camino de la vida’. Pero (¡siempre hay un pero!) el cochero, condicionado por lo mental y por lo emocional, muchas veces ‘olvida’ la dirección a seguir o se desvía del camino. Cuando él ‘dormita’ los caballos equivocan la ruta, o se abandonan a un estado de somnolencia, cansados de seguir adelante (es el estancamiento).
¡Cuando el conductor, por gustarle lo cómodo, procura seguir una senda ya proporcionada por las huellas dejadas por los antepasados, puede caer en una zanja porque ‘nuestros padres’ también lo hicieron! O, entonces, desatento, hará caer en un hoyo al carruaje, romper una rueda y acabará obligado a hacer una ‘parada de reparación’. Esas paradas corresponden a nuestras enfermedades, accidentes o traumas físicos o emocionales. Mientras tanto, el ‘pasajero’, el Yo Interior, estará atento a los fallos cometidos por el conductor y enviará mensajes para que haga una ‘corrección de ruta’, para que esté alerta.

Las elecciones inadecuadas causan problemas y el Yo Interior sabe cómo corregirlas, pero el ‘conductor’ muchas veces no escucha los llamamientos del Yo Interior, se hace el sordo, condicionado y distraído por las emociones que manejan las riendas en la dirección errónea. ¡Ah, si él confiase más en su voz interior, si escuchase aquella vocecita de la intuición! Sin embargo, la mayoría de las veces ese cochero oye solamente la voz de la razón, esa razón condicionada que habla directamente a su Ego. La Astrología Cabalística nos enseña que Mercurio (lo mental), Venus (el placer), Marte (el impulso) y la Luna (lo emocional) condicionan nuestras elecciones. ¡Nuestros instintos son como caballos indomados que, si se dejan a rienda suelta nos conducirán al desastre, resultando en dolencias, traumas y quiebras emocionales y materiales! ¡Aparte de esto, cuanto más seguro de sí esté el conductor, persuadido de que ‘controla la situación’, tanto más insensatas y condicionadas serán sus elecciones, y más peligros enfrentaremos en nuestro camino!Cuando hay niebla o tormenta en nuestro camino se hace difícil seguir adelante si no tenemos un Guía Interior, un Ángel de la Guarda en quien confiar (¡puedes hacer el Test Interactivo de los Genios Cabalísticos en el STUM para conocer el tuyo!). Él sabe guiar nuestro carruaje, reconduciéndolo al buen camino. Si oímos esa voz interior, podremos hacer esa ‘corrección de ruta’ y nos libertaremos de los condicionamientos emocionales, sociales, familiares, que causan frustraciones o felicidades efímeras para, finalmente, seguir nuestro propio ‘camino de vida’ y encontrar la verdadera felicidad.
Al tener en el corazón esa certidumbre es cuando podemos empezar a hacer nuestras ‘correcciones de ruta’.
Y si procedemos del mismo modo en lo colectivo, podremos cambiar la ruta desastrosa para donde camina nuestra civilización. Todos juntos marcaremos la diferencia. ¿Por qué recorrer siempre el mismo camino, si la Era de Piscis llega a su fin y la Era de Acuario ilumina nuestro horizonte?
La verdadera libertad se alcanza con comprometimiento social, con osadía y con cambio de pensamiento. ¡Vayamos adelante juntos, pues SOMOSTODOSUNO!

¡Una semana llena de Luz a todos!
São Paulo, 16 de junio de 2010


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Graziella Marraccini é astróloga, taróloga, cabalista e estudiosa de ciências ocultas e dirige a Sirius Astrology. Conheça meus serviços on-line
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