El Tarot funciona como un medio de conocimiento, seamos capaces o no de relacionarlo de forma significativa con otros sistemas. Las cartas siempre le hablan a nuestra intuición, a las fuerzas inconscientes de nuestra alma.
Las cartas de tarot no solo llevan el poder que es reflejado por otras artes ocultas, así como también poseen y transmiten un gran poder en si mismas. Hoy, el tarot debe su gran popularidad a su uso como artificio de adivinación.
La adivinación no involucra apenas la superstición o la mera lectura de la suerte. Por el contrario, ésta es una técnica psicológica excepcionalmente sutil, a través de la cual los secretos del inconsciente pueden ser descubiertos, tus poderes (extra sensoriales y otros) pueden volverse accesibles y podemos obtener orientación para nuestras vidas confusas y desordenadas.
Las cartas de tarot representan uno de los medios de adivinación más antiguos y eficaces, perdiendo tal vez, con respecto al I Ching, con relación al cual las cartas poseen una ventaja de tener mayor afinidad con el inconsciente colectivo de la cultura occidental. La naturaleza exacta de la psicología de la adivinación bien sucedida aún es una cuestión de conjeturas, aunque la profunda psicología moderna, especialmente a través de la teoría de la sincronicidad desarrollada por Carl Gustav Jung, haya derramado bastante luz sobre ésta.
El hecho más importante a ser fijado en la mente es que no existe nada casual o accidental en el Universo y que los eventos exteriores --no importa cuan triviales puedan parecer-- están íntimamente relacionados con ocurrencias en el interior de las psiquis humana.
Por lo tanto, si aprendemos el arte de descubrir e interpretar las señales exteriores, podremos de ese modo tener acceso al mundo de las realidades interiores de nuestras propias almas y del alma del Cosmos.
La magia y la adivinación del tarot no están en las cartas y si en nosotros mismos. Estas pueden actuar --y de hecho actúan-- como instrumentos por medio de los cuales la realidad subjetiva en el interior del inconsciente se vuelve capaz de proyectar una parte de si misma en una existencia objetiva.
De ese modo, la adivinación a través del tarot puede ser definida como un método práctico en el cual se construye un puente entre el mundo donde ocurren eventos físicos temporales y el mundo eterno de los arquetipos del inconsciente colectivo.
Es útil que recordemos que la adivinación era considerada una parte importante del curriculum de ciertas escuelas de misterios, no con la finalidad básica de enseñar a las personas como ver el futuro, sino con la idea de construir un mecanismo psíquico en el interior del iniciado, a través del cual una fuente de orientación y de conocimiento intuitivo pudiese volverse accesible al ser Yo consciente. La adivinación, en ese sentido, es un arte que construye un puente entre los hombres y los dioses, pero, como todos los puentes, debe ser travesado y no utilizado como base.
Si reconocemos, aún de forma inconsciente, que estamos constantemente moldeando nuestro futuro, ocurre entonces que, al establecer un contacto mágico con nuestro inconsciente, podremos conocer mucho sobre nuestro futuro y, lo que es más importante, podemos influenciar nuestro futuro y alterarlo, volviéndonos, de esa forma, por lo neos hasta cierto punto señores de nuestro propio destino.
El tiempo es un continuum, no una división. Penetramos frecuentemente en sus misterios cuando percibimos el verdadero significado de las señales materiales con respecto a los procesos espirituales. El tarot adivinatorio es apenas una aplicación particular d esos principios a las preocupaciones de la vida diaria.
Publicado por Elisabeth Cavalcante
em STUM WORLD
