La energía femenina es, astrológicamente, representada por el planeta Venus, símbolo del amor, de la armonía y de la belleza. En esta fase de transición por el que pasa el planeta Tierra, cuando nos aproximamos energéticamente de la quinta dimensión, cada vez más seremos llamados a conectarnos con esta energía.
El futuro exigirá de todos, hombres y mujeres, que expresen más su sensibilidad, su "amorosidad" y su capacidad de vivir en total sintonía con su corazón. Esto presupone abandonar el control y entregarse confiadamente al flujo de la vida, aceptando la inseguridad y la vulnerabilidad como condición natural de la existencia.
Los hombres tienen un gran desafío, pues son condicionados desde temprano a expresar apenas su energía masculina, racional, práctica y productiva para poder afirmarse en el mundo. Ahora, se vuelve necesario que descubran dentro de sí el poder femenino, la capacidad de volverse más intuitivos, vulnerables y plenamente receptivos a la energía del amor.
Algunas mujeres, para poder afirmarse profesionalmente en un mundo esencialmente competitivo y masculino, también acabaron por sofocar su esencia femenina. En algún momento éste llamado de retorno a la forma de vivir conectada con su lado creativo, sensible y amoroso, también las alcanzará.
Todos los seres humanos, en mayor o menor grado están siendo desafiados a confrontar este aspecto de su naturaleza. Aquellos que ofrezcan mayor resistencia, movidos por el miedo y la inseguridad, prefiriendo abrigarse en las antiguas formas de vivir basadas en la racionalidad y en la represión de las emociones, seguramente enfrentarán grandes dificultades de adaptación a esta nueva realidad que se diseña cada vez más claramente.
Los que están atentos al movimiento en curso del planeta, alcanzarán un nivel cada vez mayor de consciencia, que les permitirá fluir armoniosamente con esta nueva corriente.
Publicado por Elisabeth Cavalcante
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