Un ser humano autentico es aquel que vive de modo totalmente coherente con su verdad interior. Para la mayoría de nosotros, esto aún constituye un gran desafío, considerando que la sobrevivencia en el mundo es un ejercicio de adaptación.
Sin embargo, cuanto más nos desviamos de nuestra realidad interna para ser aceptado u obtener ventajas y beneficios por parte de los otros, mayores serán las chances de creer en ésta persona falsa, y distanciarnos de una vez de nuestro verdadero ser.
Podemos observar ese hecho todos los días, a nuestro alrededor. Cuántas personas acaban por hacer concesiones, violentando sus principios, por creer que sin esto será imposible obtener éxito.
Ocurre que muchas veces, ésta misma actitud que las llevó a conseguir algo, puede, del mismo modo, hacer con que pierdan el respeto de aquellos a quienes ansiaban desesperadamente agradar.
No es fácil vivir nuestra autenticidad de un modo que valoriza la apariencia y el tener, mucho más de que el ser. Por esta razón, es necesario tener conciencia de que en algunas circunstancias, precisaremos pagar un precio alto por la decisión de ser fieles a nuestra propia verdad.
Pero la serenidad, la paz y la alegría que conquistamos al vivir de modo absoluto nuestra autenticidad, es algo que no tiene precio.
Diferentes canciones de un mismo cantante, Cada ser es una canción de Dios, única, individual, incomparable, que no se repite, pero, aun así, proveniente de la misma fuente. Cada canción tiene su propia fragancia, su propia belleza, su propia música, su propia melodía, pero el cantante es el mismo. Todos nosotros somos diferentes canciones de un mismo cantante, diferentes gestos de un mismo bailarín.
Comenzar a sentir eso es meditación. Entonces, los conflictos desaparecen, las envidias se vuelven imposibles y la violencia se vuelve inimaginable, porque, en todo el mundo, no existe nadie más allá de nuestro propio reflejo. Si pertenecemos a la misma fuente, como todas las ondas del océano, entonces ¿cuál es el sentido del conflicto, de la competición, de sentirse superior o inferior y todas esas tonterías? Nadie es superior ni nadie es inferior, cada uno es simplemente si mismo.
Y cada uno es tan único que nunca antes hubo otro individuo como tú y no hay posibilidad de que haya un individuo como tú nuevamente. En realidad, tú mismo no eres el mismo en dos momentos consecutivos. Ayer, eras una persona diferente, hoy eres otra persona. Mañana, quien sabe.
Cada ser es un flujo, un cambio constante, un rio fluyendo. Heráclito decía que no puedes pisar el mismo rio dos veces. Y yo te digo: no puedes pisar el mismo rio ni siquiera una vez, porque el rio está constantemente fluyendo. El rio representa la vida.
Es extremamente significativo el hecho de que cada individuo es único. Entonces, todos los complejos de inferioridad y de superioridad pueden simplemente desmoronarse. Entonces, no hay ningún sentido en cargar un ego y todo su peso. ¡El peso es muy grande y está matando a las personas!
…Un hombre de comprensión no es ni egoísta ni humilde. Él simplemente es. No puedes decir que sea egoísta o un anti egoísta, esas palabras no se aplican al hombre de comprensión, absolutamente, porque el vive fuera de cualquier comparación.
Simplemente vive auténticamente. Y vivir auténticamente, vivir simplemente, naturalmente, como eres, sin imitar a nadie, es permitir que Dios cante, ilimitadamente, a través de tu ser.
Publicado dia 8/30/2012 11:46:08 AM em STUM WORLD
