Uno de los principales atributos de la madurez consiste en asumir la responsabilidad total por nuestras decisiones y elecciones. Cuando aún no alcanzamos este estadio, acostumbramos postergar o simplemente evitar las elecciones importantes por miedo a las consecuencias.
De modo general, nos quedamos paralizados, con la vida en suspenso, estancada, por el recelo de arriesgarnos, esperando que alguien decida por nosotros o que una solución mágica surja y nos garantice la certeza de nuestra elección.
Ocurre que nada ni nadie irá a satisfacer nuestro deseo. Somos nosotros y solamente nosotros quienes precisamos tomar esta decisión, hacer la elección y pagar el precio que sea necesario. Este es un atributo esencial de la vida, el coraje de asumir el riesgo de acertar o equivocarse.
No importa cual sea el resultado de nuestra elección, lo fundamental es que tengamos el coraje de dar el paso. Pues aunque nos equivoquemos y la decisión se muestre equivocada, podemos reverla, tomar otra dirección. Pero, si esto no es posible, la solución es aceptar que el error es parte esencial de la madurez y el aprendizaje.
Quedarse culpando por una elección equivocada no va a traer de vuelta la situación anterior. Por esa razón, es inútil que cultivemos este sentimiento, pues ciertamente solo nos traerá angustia e infelicidad.
La única actitud sensata es seguir adelante, aprendiendo con el error y viendo en éste una oportunidad de crecimiento y evolución interior. Así, se da la transición definitiva de la inmadurez para un nuevo estadio, en que la sabiduría y la serenidad sean predominantes.
Sé corajudo y deja todas esas tonterías. No hay ningún infierno y no hay ningún paraíso. Tú creas tu paraíso y creas tu infierno. No hay nadie en ningún lugar para castigarte o premiarte… No hay nadie, eres libre.
Pero no estoy diciendo que no puedes crear el infierno para ti mismo, tú puedes. El fundamento es el mismo.
Ama, alégrate, celebra y crearás el paraíso, porque sea lo que seas, si eres feliz, si eres alegre, compartes tu felicidad y tu alegría. Puedes compartir solamente aquello que eres, y cuando compartes, esto resalta en ti. Esta es la ley.
La vida refleja y resuena lo que sea que le lances, vuelve miles de veces. Sonríe y toda la existencia sonríe para ti. Grita y abusa y toda la existencia gritará y abusará de ti. La existencia es neutra, esta simplemente refleja, es un espejo. Traes una cara fea y ves una cara fea en el espejo. Sonríes y el espejo sonríe.
Recuerda, los premios y los castigos no vienen de afuera, tú los creas. Eres el causador, eres el suelo. Eres libre, pero la libertad no significa que eres irresponsable. De hecho, en la libertad te vuelves totalmente responsable, porque eres responsable por ti mismo, nadie más lo es.
Ningún Dios es responsable por ti, tú eres el responsable. Si estás miserable, recuerda, tú debes estar creando esto… Intenta descubrir las razones y las encontrarás. Si estás feliz, entonces también mira hacia adentro, ¿por qué estás feliz? Y sigue creando estas situaciones más y más, y te volverás más y más feliz.
OSHO. The Revolution.
Publicado dia 9/8/2012 9:22:47 AM em STUM WORLD
