El concepto de inteligencia se asocia comúnmente a la capacidad intelectual del ser humano, a su poder de utilizar la racionalidad para lidiar con la vida y sus desafíos.
Sin embargo, la verdadera inteligencia es un don que va mucho más allá de la lógica, es una cualidad que pocos se dedican a cultivar. Ello porque, para la mayoría, un saber que no se deriva de la razón no es digno de confianza.
Sólo cuando se les presentan situaciones límite y el conocimiento puramente intelectual se muestra insuficiente para mantenerlos en equilibrio, es cuando se aperciben de lo equivocados que estaban.
Por medio de la observación cuidadosa de los procesos psicológicos y emocionales que se desarrollan en nosotros, podemos ensanchar nuestra conciencia y superar las dificultades y limitaciones que ellos nos imponen.
La dimensión espiritual de nuestro ser no puede dejarse de lado en este proceso, puesto que es la única capaz de llevarnos al estado de serenidad y paz que tanto deseamos alcanzar. Y la meditación es la herramienta más eficaz para entrar en contacto con ella, no hay otro camino.
“No intentes hacer crecer rosas en el desierto.
La Inteligencia es una flor bastante delicada. Ella crece en el lujo.
Ella necesita un suelo lujoso, fértil, creativo, repleto de savia; sólo así puede florecer.
Y sin inteligencia ¿qué eres tú?
Mi esfuerzo es primero ayudar a tu inteligencia a convertirse en llama, y ayudar a esa llama a consumir todo lo que no sea tu auténtico yo.
Tú te conviertes en un fuego y quemas todo lo que sea basura, la que otros han vertido en ti.
Por tanto, primero inteligencia y segundo meditación.
La meditación procede de la inteligencia – quemando toda la estulticia de tu ser. Así te haces puro, tú solo, exactamente tal y como la existencia quiere que seas”.
Osho
Publicado dia 18/03/2015 19:48:36 em STUM WORLD
