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Nutrición

por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLD
Atualizado em 17/08/2007 09:59:57


Traducción de Teresa - [email protected]

La nutrición es la necesidad esencial del ser humano. Cuando pequeños, indefensos y totalmente dependientes de otros para garantizar nuestra vida, el alimento nos llega como algo mágico, que trae no solamente el alivio de la sensación de malestar causada por el hambre, sino también un sentimiento de paz que, aunque todavía no sepamos decodificar, permanecerá irremediablemente marcado en nuestro psiquismo.

En esta fase de la vida, la lactancia es un momento especial, cuando los vínculos entre madre e hijo se fortalecen todavía más y la conexión psicológica entre alimento y amor se establece de forma definitiva. Aunque más tarde seamos capaces de alcanzar la comida por nuestra propia iniciativa, este eslabón entre la nutrición física y la emocional se mantendrá.

Aquellos que no han recibido la nutrición emocional adecuada, seguirán por la vida manteniendo con el alimento una relación ambigua, en que la moderación queda substituida por la compulsión, y el placer, por la culpa, pues tenderán a buscar en la comida aquella felicidad primitiva que habían experimentado en sus primeros días de vida.

Muchas generaciones han tenido el privilegio de ser nutridas solamente con los alimentos preparados por sus madres y abuelas, que se dedicaban a esa tarea con entusiasmo y amor, y veían en el papel de encargadas de la nutrición – física y emocional – de sus hijos, el principal sentido de su vida.

Pero los tiempos han cambiado, las mujeres han pasado a anhelar otros objetivos, y el desafío de criar hijos y tener una actividad profesional ha tornado necesario ir en busca de soluciones prácticas y, principalmente rápidas, para alimentar a la prole.

Los alimentos industrializados han asumido un papel preponderante en nuestra alimentación y no se puede negar que facilitan la vida. Sin embargo, muchos acaban por perder momentos preciosos de convivencia y de intercambio afectivo al abandonar viejas costumbres como las comidas compartidas e incluso la preparación en familia de los alimentos.

La comida es nutrición física y emocional y, no por casualidad, una de las formas más placenteras de convivencia con las personas que amamos tiene lugar en torno a una mesa, donde compartimos el placer de un condumio sabroso.

Como arma para conquistar un amor, como regalo de cumpleaños para alguien a quien deseamos homenajear o como un pretexto para reunir a amigos queridos, la comida puede ser siempre motivo de alegría. Cuanto más de nuestra energía personal y de nuestro talento pongamos en la preparación de una comida, mayor será el placer que ella proporcionará a quien la ofrecemos.

“El arte de comer bien

Si estás sentado a la mesa y comiendo, y comes de manera restricta, y tu hambre permanece, entonces continuarás pensando en la comida durante todo el día. Puedes intentar ayunar y verás: continuamente pensarás en la comida. Pero si comes bien... Y cuando digo comer bien, no quiero decir apenas que hayas llenado tu estómago – eso no significa necesariamente que hayas comido bien. Tú puedes haberte llenado. Pero comer bien es un arte. No es apenas llenar el estómago. Es un gran arte: saborear la comida, sentir los aromas de la comida, tocar la comida, masticar la comida, digerir la comida, y digerirla como a una cosa divina. Ella es divina; es un regalo de lo divino.

Los hindúes dicen: Anam Brama, la comida es divina. Así, con profundo respeto tú comes, y mientras estés comiendo, olvídate de todo, porque eso es una plegaria. Una plegaria existencial. Tú estás comiendo lo divino y lo divino habrá de darte el nutrimento. Es un regalo para aceptar con profundo amor y gratitud. Y no atiborres el cuerpo, porque atiborrar el cuerpo es estar en contra del cuerpo. Es el otro polo. Hay personas que tienen obsesión por el ayuno, y hay personas que tienen obsesión por atiborrarse. Ambos están equivocados, porque en los dos casos el cuerpo pierde el equilibrio.

Un verdadero amante del cuerpo come solamente hasta el punto donde el cuerpo se siente perfectamente calmo, equilibrado, tranquilo: donde el cuerpo no se siente ni inclinándose hacia la derecha ni inclinándose hacia la izquierda, sino exactamente en el medio. Es un arte, comprender el lenguaje del cuerpo, comprender el lenguaje del estómago, comprender qué es lo necesario, dar solamente aquello que es necesario, y darlo de una manera artística, de una forma estética.

Los animales comen, el hombre come. Entonces ¿cuál es la diferencia? El hombre hace del acto de comer una gran experiencia estética. ¿Qué sentido tiene poner una bella mesa para cenar? ¿Qué sentido tiene poner velas encendidas en la mesa? ¿Qué sentido tiene invitar a amigos para que vengan a participar? El de hacer de aquello un arte, no tan sólo un atiborramiento del estómago. Pero esos son signos externos del arte; los signos internos se refieren a la comprensión del lenguaje de tu cuerpo: escucharlo, ser sensible a sus necesidades. Y a la sazón comes y, entonces, en todo el día, de modo alguno te acordarás de la comida. Solamente cuando el cuerpo tenga hambre nuevamente, el recuerdo vendrá. Entonces ella es natural.”

Osho, The Beloved.


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Elisabeth Cavalcante é Taróloga, Astróloga, Consultora de I Ching e Terapeuta Floral.
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