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Disfunciones que llevan a la SEPARACIÓN: 5 - CELOS y DESCONFIANZA

por Luís Vasconcellos em STUM WORLD
Atualizado em 09/09/2009 14:08:41


Traducción de Teresa - [email protected]

Los celos son una disfunción de la autoestima del YO, inclusive en su variante: la envidia. Cuanto más se ocultan, más crecen como un virus, ocupando todos los espacios dentro del YO.

La proximidad entre este fenómeno y el posesivismo egocéntrico es evidente: Los celos nacen del miedo a perder o a no tener, a ya no ser el poseedor, no ser capaz de garantizar la satisfacción de las propias carencias y necesidades (lo cual es una definición bastante compatible con la de la avaricia).

La inseguridad tiene muchos meandros dentro del YO, que desarrolla muchas maniobras para evitar (SI POSIBLE FUESE) todo tipo de riesgos y para manipular todos los pasos (en general, con el propósito de huir de experiencias del pasado que han causado dolor, trauma; o bien han sido motivo de fracaso, vergüenza, pérdida, etc.) En este sentido, casi todos los pasos del YO pueden ser de inseguridad y defensa; pueden ser actos motivados por el deseo de mantener lo “conquistado”, de preservar los límites, de garantizar la permanencia de aquello que le es “familiar” y conocido… El problema no es eso, sino el exceso de eso. Muchos viven y mueren en la ilusión de poder manipular y controlar a los otros, al propio vivir e incluso a la suerte y el infortunio.

¡No son naturales los celos y la tentativa de someter al compañero a una esclavitud consentida!
Si alguien ni siquiera sale ya a la calle, si ha perdido a la mayoría de los amigos y amigas, sometiéndose a la esclavitud y a la prisión que le ha sido impuesta, aún así los celos están allí, solamente esperando un motivo para instalarse de nuevo. Y a falta de un motivo se instalan sin motivo, tan solo por la necesidad interna del YO (del CELOSO) de sentirse inseguro y extravasar esa desconfianza hacia el mundo, como si se ésta se originase en él…

Si el YO respeta, no puede QUERER POSEER al OTRO: ¡El YO reverencia al OTRO sin invadir su libertad, sin robar su independencia! Amar y dominar son mutuamente excluyentes: El acto de dominar anula el sentido y la finalidad del acto de amar. El YO que confía y se entrega tiene la seguridad de que si el OTRO está a su lado es por su libre y espontánea voluntad. Existe un amor de carencia, de dependencia y con cuño trágico (dolor). Existe también el amor de donación, de placer y con cuño alegre.

El YO INSEGURO, cuando sufre por el miedo a perder, sufre en su orgullo personal, sufre en su autoestima mal construida, sufre por quedarse sin “algo” de que mucho necesitaba. Muchos confunden ese sufrimiento y el ansioso interés por el OTRO con el AMOR.

El YO INSEGURO, muchas veces, permanece detrás del OTRO, no solo por sentimiento, sino por otros varios motivos, como no gustarle perder, detestar ponerse en situaciones de inferioridad, o bien por no conformarse en “ser relegado”. Es su orgullo personal lo que está en juego y no sus sentimientos por el OTRO. Este último, eventualmente, se engaña y se ilude con tantas señales de interés y atención…

La mayoría de los inseguros echa la culpa al compañero de sus inseguridades y desconfianzas al relacionarse, pero es inútil hacer esto, pues cambiando de compañero se repite la misma historia, con mínimas diferencias. Por lo regular, en nada se modifica la esencia del proceso vivido (el escenario, la escena, las palabras).

El caso es que la escena que ha de vivir el YO (con otra persona cualquiera) acaba paulatinamente instalándose y viviéndose independientemente de quien acabe implicado(a) en la cuestión. Puesto que sustituyéndose el compañero, el juego continúa siendo exactamente el mismo: transcurriendo de la misma forma y dando los mismos resultados.

El desarrollo de la conciencia nos hace, más día menos día, preguntar: -¿Por qué estoy siempre viviendo las mismas cosas? - ¿Cómo echar la culpa al OTRO si he participado activamente en la construcción de esta situación? – Defendiendo siempre con ardor mis motivos y justificativas, ¿cómo habré de ver el infierno y la miseria en que YO me he colocado?

Las respuestas a estas preguntas pueden iluminar la PARTE DEL YO en el resultado negativo encontrado. No es posible dejar de concluir que es un “mal negocio” que alguien se preocupe tanto con la atemorizante posibilidad de perder, de sufrir abandono, de ser rechazado… y, con todo, acabar ÉL MISMO creando razones y motivos para que exactamente esto llegue a conseguirse… es CONFLICTIVO y es PARADÓJICO… Ciertamente la solución no está en buscar disculpas y justificativas convenientes en los defectos y problemas del OTRO y mucho menos en las presiones del mundo…


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luis
Luís Vasconcellos é Psicólogo e atende
em seu consultório em São Paulo.



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